PSOE e IU pasaron ayer miércoles por el despacho del PP para negociar su presencia en la Mesa del Congreso y el Senado, órganos de gobierno de las Cámaras, que se constituirán la próxima semana y tienen, entre otras funciones, la potestad de decidir si UPyD y Amaiur pueden o no formar grupo parlamentario propio. A la espera de la asignación definitiva, la mayoría absoluta que disfruta el PP –y que se trasladará a la composición de cada Mesa– podría dejar a Izquierda Unida sin representación.

El portavoz socialista, José Antonio Alonso, pidió a la responsable del PP en la negociación, Soraya Sáenz de Santamaría, cuatro representantes en la Mesa del Congreso –nueve miembros–. El PP quiere disponer de cinco puestos para garantizarse la mayoría absoluta. CiU, tercera formación en número de escaños, podría tener en este reparto un representante si se lo cede el PSOE. En el Senado, el PP estaría dispuesto a ceder uno de sus puestos en la Mesa –siete miembros, de los que le corresponden cinco– sin poner en riesgo su mayoría absoluta.

Mientras se decide este juego de equilibrios, el líder del IU, Cayo Lara, acompañado de su secretario de Organización federal, Miguel Reneses, trasladó a Sáenz de Santamaría su petición: un puesto en la Mesa y dos presidencias de comisiones. La federación hizo valer su condición de tercera fuerza y tiró además de la experiencia en legislaturas pasadas. Con los conservadores, señalaron después de la reunión “cordial” fuentes de la dirección a Público, no hubo “ni acuerdo ni desacuerdo”, pero “desde luego no hubo rechazo”.

El PP difirió la respuesta a los próximos días, ya que faltaba por cerrar un pacto con el PSOE y esperar la bendición de Mariano Rajoy.