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La idea de pagar por el uso de la red vial desata la polémica

Expertos sugieren fuentes de financiación alternativas a la inversión pública. Los conductores no quieren pagar más por el mantenimiento de las carreteras

ANNA FLOTATS

A una persona que vive en Vigo y tiene que ir a trabajar en coche a Santiago de Compostela, el viaje de ida y vuelta le cuesta 7,60 euros. Es el dinero que se deja a diario Alfredo en el peaje de la autopista AP-9. 'A las personas que usamos autovías o autopistas a diario, no nos deberían pedir ni un euro más. Viajamos por trabajo, no por gusto', señala este gallego que lleva seis años haciendo el mismo trayecto, de poco más de 40 minutos, todos los días de la semana.

Los peajes son sólo una fórmula de financiación alternativa a la inversión pública, de la que depende el mantenimiento de las carreteras. La red vial es siempre propiedad de las administraciones, pero la crisis no perdona y también azota a los presupuestos del Ministerio de Fomento, que este año destinó 2.529 millones de euros a las carreteras, casi la mitad del gasto de 2010. Ante este escenario, en el que no se esperan mejoras a corto plazo, los expertos plantean nuevos sistemas de financiación que permitan mantener en buen estado la red vial (que soporta el 85% del tráfico de mercancías y el 95% de pasajeros) y que, a la vez, sean una herramienta para gestionar la seguridad vial.

Un cargo de la DGT insinuó que mantener las vías no puede salir gratis

Una posibilidad es que los que más usen las carreteras paguen más por ellas. Esa idea fue insinuada recientemente por el subdirector general de Tráfico y Movilidad de la DGT, Federico Fernández: 'Construir, mantener y explotar la red viaria no es algo gratuito. La decisión que tienen que tomar los políticos es si el coste lo pagan todos los ciudadanos o sólo aquellos que la utilizan. Y la pista es que va por ahí', señaló. Al día siguiente, el director de Tráfico, Pere Navarro, desmintió rotundamente esas afirmaciones: 'No hay ningún estudio sobre el pago por uso ni lo ha habido' porque la DGT, insistió, 'no tiene carreteras'. 'Nosotros nos dedicamos a gestionarlas, pero eso no es de nuestra competencia', concluyó.

El debate sobre el pago por el uso de las carreteras no es nuevo. Por ejemplo, hace más de un año que la Asociación Española de la Carretera (AEC) propone un bono de movilidad. La idea de este sistema es que la circulación sea libre y gratuita para todos los vehículos privados durante los primeros 15.000 kilómetros que recorran al año y para los primeros 100.000 del transporte profesional de mercancías. Por encima de estos baremos, unos y otros deberían aportar una cuota que variaría en función de unos criterios determinados. 'Por ejemplo, conducir de noche sería gratis y se pagaría más en las horas punta y en las carreteras con mayor congestión, que son los accesos a las grandes ciudades', puntualiza Jacobo Díaz, director general de la AEC.

Los automovilistas: 'Ya abonamos 25.000 millones en impuestos'

El bono supondría un pago de entre cinco y 12 céntimos por kilómetro en el caso de los vehículos ligeros y de entre diez y 20 para los pesados. Y todo ello implicaría unos ingresos anuales de entre 15.000 y 35.000 millones de euros. 'Al menos el 50% de los conductores quedaría exento de este pago', matiza Díaz, que insiste en que la única manera de que este sistema sea viable es una 'tecnología satelital que controle todos los vehículos'.

La AEC, entidad de Utilidad Pública, miembro español de la Federación Internacional de Carreteras y uno de los socios fundadores de la Federación Europea de Carreteras, considera que este es un momento 'oportuno' para valorar el pago por uso en las carreteras. Aunque debe hacerse 'con la frialdad política necesaria ya que no sería una medida aplaudida por los ciudadanos', reconoce Díaz.

Al menos los que conducen no comulgan con este sistema. 'Somos absolutamente contrarios al pago por uso de la red de carreteras esencial porque como servicio público debe ser financiado por todos los españoles, no sólo por quienes usan la infraestructura', sentencia Mario Arnaldo, portavoz de Automovilistas Europeos Asociados (AEA).

La Asociación Española de la Carretera propone un bono de movilidad

El Real Automóvil Club de España (RACE) coincide con la opinión de Arnaldo y añade que los conductores ya ingresan suficiente dinero a las arcas públicas para el mantenimiento de las carreteras. 'El Estado recauda más de 25.000 millones de euros anuales a través de 19 impuestos directos e indirectos sobre el sector del automóvil', explica el director de Seguridad Vial del RACE, Tomás Santacecilia, que añade que lo fundamental es gestionar estos impuestos de manera eficiente. 'Algo difícil de conseguir señala teniendo en cuenta que en España existen 85 titulares de carreteras'.

Estos 25.000 millones de euros de los que habla el RACE no son suficientes, en cambio, para Ole Thorson, ingeniero de Caminos que dirigió el área de circulación del Ayuntamiento de Barcelona. 'Lo que pagan los conductores no llega a cubrir los daños que causan en la sociedad, como la inseguridad vial y la contaminación, de manera que me parece bien que la balanza se empiece a equilibrar', explica Thorson, que ahora preside la asociación Prevenció d'Accidents de Trànsit.

Los nuevos ingresos podrían invertirse en medidas para la seguridad vial

Partidario del pago por uso, Thorson señala que este sistema podría 'ayudar a regular el equilibrio en las carreteras', es decir, que los peatones, los ciclistas y los viajeros de autobuses tuvieran más espacio en la red vial.

AEA advierte que, al margen del afán recaudatorio del pago por uso, este sistema es un 'error' y un 'atraso' que fomenta 'la insolidaridad entre territorios' y 'frena el desarrollo de las comunicaciones'. AEA pone el ejemplo de Portugal, donde la instalación de peajes en sólo algunas autovías provocó una reducción del tráfico del 50% en este tipo de vías y una saturación en las carreteras secundarias, en peor estado y, por lo tanto, más inseguras y peligrosas para los conductores.

Precisamente, el país vecino está de actualidad porque ya cobra peaje en todas sus autopistas. El pasado jueves puso en funcionamiento el cobro en tres que unen el país con Andalucía, Salamanca y Galicia y en otra de Alentejo (Portugal), a pesar del rechazo de empresarios, ayuntamientos y usuarios.

Para evitar estas situaciones y para que el sistema que propone la AEC salga bien, una de las claves es que el bono de movilidad se aplique en todas las carreteras y que el dinero que recaude el sistema (que se podría compensar reduciendo el impuesto de circulación, de matriculación o gasolina, según la AEC) revierta en su totalidad a la mejora de la red. En la actualidad, sólo una quinta parte de la recaudación fiscal de los peajes revierte en él, según los datos de esta organización. Alfredo da prueba de ello: 'En la autovía que une Vigo con Santiago no hay ni una recta, todo son curvas, cuestas y bajadas, no hay paneles informativos del tráfico, la temperatura o las gasolineras', protesta.

Precisamente, la condición del pago por uso es que el ciudadano aprecie mejoras de la red. El dinero recaudado se invertiría en actuaciones para la seguridad vial, como eliminar los tramos de concentración de accidentes o perfeccionar los sistemas de contención.

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