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Llamazares: "No acepto humillaciones, seguiré de diputado raso"

Cayo Lara ofrece al diputado la cuarta y última portavocía adjunta, que él rechaza de inmediato

JUANMA ROMERO

Izquierda Unida se aboca a una nueva sacudida interna. La herida tiene esta vez nombre de Gaspar Llamazares, el peso pesado de la federación en el Parlamento en los últimos 11 años al que Cayo Lara ha apartado en un gesto rápido y contundente.

Los movimientos de las últimas semanas en el núcleo duro de IU hacían prever ese desenlace. Tras las elecciones, varios miembros de la dirección, cercanos al coordinador, habían lanzado la idea de la renovación, de que esta nueva etapa de recuperación de territorio en el Congreso -la federación y sus socios han saltado de dos a once escaños- debía contar con nuevas caras, con otro estilo, otro marchamo. Y en esos planes ya se vislumbraba que Llamazares no tendría un papel preponderante. El propio diputado ya intuía que vería rebajados sus galones.

Y así ha sido. El líder de IU ofreció a Llamazares ocupar la última silla en el órgano de poder del grupo. Así, la dirección quedaría como sigue: Lara, presidente y portavoz; el secretario general del PCE, José Luis Centella, como portavoz adjunto y coordinador del grupo; de segundo adjunto, el catalán Joan Josep Nuet, tres por Barcelona el pasado 20-N; de tercero, Joan Coscubiela, el candidato de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), y el cuarto, Llamazares.

El exportavoz fue advertido de la decisión pocos minutos antes de la ejecutiva federal de la mañana de hoy. De inmediato, tanto él como su corriente, Izquierda Abierta (IA), sintieron el movimiento como una 'humillación innecesaria' y votaron en contra de la propuesta, como también lo hizo Diosdado Toledano, representante de la quinta lista y no alineado con ninguna de las grandes familias de IU. La mayoría nucleada en torno a Lara apoyó la nueva estructura del grupo, y de ella sólo prefirió no votar Ramón Luque, el coordinador de la campaña del 20-N. Luque rehusó manifestar dentro y fuera de la reunión, y también a requerimiento de este diario.

Por la tarde, los integrantes del grupo tuvieron un encuentro, pero no se votó la iniciativa de la cúpula. ICV no fue informada formalmente de la propuesta. Fuentes ecosocialistas añadieron a este diario que de ello se discutirá esta semana, pero, de entrada, demandan un mayor protagonismo: poder sentarse en la Junta de Portavoces y que 'sea garantizada su visibilidad' en los debates importantes. Destacan, asimismo, la 'buena sintonía que siempre han mantenido con Llamazares.

Llamazares rechazó la oferta de Lara. 'Cayo me dijo que no confiaba en mí. No acepto humillaciones. Seguiré de diputado raso y portavoz de los ciudadanos y de Izquierda Abierta, que nadie me lo puede impedir', relató indignado a Público. Los gasparistas respaldaron su posición y advirtieron de la apertura de una profunda fisura dentro de IU: 'Es una propuesta excluyente en lo interno, prueba de que ya no les sirve la apertura y la preservación de la pluralidad. Lo han planteado en términos de vendetta, como si Cayo le quisiera pasar todas las facturas juntas a Gaspar. Como una venganza largamente larvada. Es un retroceso brutal. Pero es que hacia fuera es incomprensible, inaudito, un enorme error político, una tremenda falta de inteligencia, porque Gaspar ha hecho un gran trabajo en el Congreso y nuestro resultado del 20-N es fruto también de ese trabajo'. No se puede olvidar que Llamazares logró el 20-N el mejor resultado de IU en toda España (13,27%).

El paso dado por Lara y su equipo, avisaron, tendrá consecuencias: 'Lo hablaremos en IU Abierta, pero tomamos nota de esta ruptura del consenso de la que Cayo ha sido el adalid'.

En el seno de la mayoría, decían no comprender la reacción de los gasparistas. Reconocían el 'magnífico trabajo' hecho por Llamazares, aunque a renglón seguido recordaban que ha liderado el grupo desde 2000. 'Hacemos una apuesta por la regeneración, por que otros perfiles, que incluso no son de IU [caso de Coscubiela o de Chesús Yuste, de Chunta Aragonesista] tengan su voz. Todos han de tener su hueco'. Se apoyaban en que quedan por repartir aún las áreas de trabajo en comisiones, donde deben 'tener juego' diputados como el joven Alberto Garzón o las dos únicas mujeres del grupo, Ascensión de las Heras y Caridad García, ambas también fuera del órgano de poder.

Lara, pues, estará rodeado en esta nueva andadura de un equipo de confianza en el Parlamento. Una estructura que, según su círculo más próximo, responde a la 'necesaria coordinación entre el grupo y la dirección federal'. Todo ello, sin embargo, a costa de abrir una grieta de tal vez difícil sutura.

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