El pasado 19 de julio, el Congreso dijo no. No a revisar la Ley de Amnistía de 1977, no a permitir que los crímenes del franquismo sean considerados un genocidio y delitos de lesa humanidad, imprescriptibles y, por tanto, perseguibles aún hoy judicialmente. No a admitir a trámite esa propuesta del BNG. PSOE, PP, CiU, Coalición Canaria, UPN y UPyD lo impidieron.

Aquel debate coincidió con una fecha simbólica: un día antes, el 18 de julio, se cumplían 75 años del golpe de Estado que truncó los sueños de la República. El debate vuelve a la Cámara en otro momento simbólico, pocas horas antes de que Baltasar Garzón se siente en el banquillo del Supremo acusado de presunta prevaricación por haberse arrogado la competencia de investigar el horror de la dictadura. El BNG ha repescado su propuesta y la ha registrado de nuevo en un Congreso ahora bajo el control absoluto del PP. Ahora la Junta de Portavoces decidirá cuándo se discute. Y en ese pleno será previsiblemente vetada otra vez.

'Nuestra iniciativa tiene vigencia, más sentido que nunca. Vemos una operación de acoso y derribo contra un juez que quiso remover las aguas en un terreno que parecía vedado', explicaba ayer a Público Francisco Jorquera, portavoz del BNG en Madrid.

Lo que buscan los nacionalistas gallegos no es 'reabrir heridas', sino abrir la puerta para que aquello que intentó el magistrado de la Audiencia Nacional sea posible: que España recupere su memoria histórica y pueda indagar los crímenes de la dictadura.

El BNG cree que se ha hecho una aplicación 'perversa' de la Ley de Amnistía, pues si en 1977 sirvió para sacar de las cárceles a los represaliados por Franco, 'hoy se usa como coartada para impedir que se esclarezcan los delitos del franquismo'.

El BNG sabe que, como en julio, la izquierda minoritaria (IU, ICV, ERC) le apoyará, y que el PP lo rechazará, pero seguirá mereciendo la pena para 'suscitar el debate'. ¿Y el PSOE? Jorquera desafía: 'Ahora que quiere recuperar su imagen de izquierdas, tiene una excelente oportunidad para retratarse'.