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Garzón: condenado, absuelto y pendiente de un recurso

El juez aún tiene pendiente el recurso que la acusación interpuso contra el archivo de la causa por el patrocinio de los cursos en Nueva York

EFE

La absolución dictada hoy por el Tribunal Supremo en la causa del franquismo no cierra el periplo judicial de Baltasar Garzón, condenado por ordenar las escuchas del caso Gürtel y pendiente del recurso que la acusación interpuso contra el archivo de la causa por el patrocinio de los cursos en Nueva York.

Garzón se sentó por primera vez en el banquillo el pasado 17 de enero, acusado de prevaricación y de vulneración de las garantías constitucionales por intervenir las comunicaciones que varios de los imputados en el caso Gürtel mantuvieron en prisión con sus abogados.

La Fiscalía, como en el resto de las causas que entonces se habían abierto contra él, solicitó su absolución, pero las acusaciones, ejercidas por el abogado Ignacio Peláez y por los considerados máximos responsables de la trama de corrupción, Francisco Correa y Pablo Crespo, pidieron hasta 17 años de inhabilitación para él.

La sentencia, que se notificó el pasado día 9, le impuso una pena de once años de inhabilitación, lo que supuso su expulsión por ese tiempo de la carrera judicial, acordada el pasado día 20 por la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial (CPGJ) y ratificada luego por el pleno del órgano de gobierno de los jueces.

La causa por los cursos de Nueva York fue archivada por haber quedado prescrita

Garzón conoció su condena, acordada por unanimidad de los siete magistrados que formaban el tribunal, solo 24 horas después de que quedara visto para sentencia el juicio en el que estaba acusado de prevaricación por declararse competente para investigar los crímenes del franquismo.

En esta causa, la acusación la ejercían el sindicato ultraderechista Manos Limpias y la asociación Libertad e Identidad, que solicitaron una pena de hasta 20 años de inhabilitación.

La sentencia, conocida hoy, absuelve a Garzón del delito de prevaricación, aunque en esta ocasión la decisión no ha sido unánime, ya que uno de los miembros del tribunal, el magistrado José Manuel Maza, ha formulado un voto particular discrepante.

El emblemático juez tiene aún abierta una tercera causa en el Tribunal Supremo, en la que se investiga el patrocinio que cinco empresas españolas prestaron a los cursos que el juez impartió en la Universidad de Nueva York en 2005 y 2006.

El instructor del caso, el magistrado Manuel Marchena, imputó el pasado 27 de enero a Garzón por estos hechos un delito de cohecho impropio, al estimar que las cantidades abonadas 'tuvieron siempre relación directa' con su condición de juez.

Solo 17 días después, el pasado 13 de febrero, el propio Marchena consideró sin embargo que los hechos estaban prescritos y ordenó el archivo de la causa.

En un auto notificado ese día, el magistrado instructor explicaba que el último de los patrocinios, efectuado por el BBVA, data del 17 de mayo de 2006, mientras que la querella que dio origen al procedimiento se presentó el 12 de junio de 2009, 'habiendo transcurrido 3 años y 25 días desde la comisión de los hechos', es decir, 25 días después de transcurrido el plazo de prescripción.

La acusación popular, ejercida por los abogados José Luis Mazón y Antonio Panea, recurrió al día siguiente la decisión de Marchena, recurso que aún no ha sido resuelto.

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