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Primer aniversario del suicidio de Patricia Heras

Familiares y amigos de la joven presa que se quitó la vida en un permiso rinden homenaje a la 'víctima de uno de los montajes más escandalosos que ha vivido Barcelona'.

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Familiares y amigos rinden hoy homenaje a Patricia Heras, una chica que cumplía tres años de condena en una cárcel de Barcelona por atentado contra la autoridad y que se suicidió seis meses después de ingresar en prisión. Heras, que tenía un régimen de tercer grado que le permitía pasar el día en casa y dormir en la cárcel, se suicidó, hace justo un año, en una de esas salidas. Según falló la Audiencia de Barcelona, Heras y otros jóvenes se enfrentaron a unos agentes de la Guardia Urbana de Barcelona el 4 de febrero de 2006 mientras éstos intervenían para poner fin a una fiesta en un edificio okupado.

El caso resultó trágico porque uno de los agentes recibió un golpe en la cabeza y quedó tetraplégico. Ella no tuvo nada que ver con ese incidente, pero según la Audiencia, participó en una pelea que se produjo después del suceso. Heras siempre negó los hechos. Declaró que no estaba en la fiesta, sino que se encontraba en un hospital porque había tenido un accidente con la bicicleta. Allí coincidió con los agentes de la Guardia Urbana que habían acompañado a su compañero herido y cuando la vieron, aseguraron que también estaba en el lugar de los hechos.

Coincidiendo con el primer aniversario de la muerte de Heras, el grupo de apoyo a los detenidos por este caso le rinden homenaje hoy por ser 'una víctima de uno de los montajes más escandalosos que ha vivido la ciudad de Barcelona en los últimos tiempos', declaran un su página web. Los familiares y amigos de la víctima insisten en que 'se vulneraron derechos fundamentales de los imputados durante la instrucción y posterior fase oral' y que 'se aplastaron derechos fundamentales para dictar las sentencias, tanto de la Audiencia Nacional como del Tribunal Supremo'. El colectivo habla de Heras como una 'víctima del sistema o de sí misma', como una 'guerrera con la valentía suficiente como para afrontar muchas cosas y la sabiduría de saber que la muerte voluntaria es el más grande acto de disidencia que existe'.

Se suicidó hace un año. Un año ya y un año solamente. A veces parece que ha pasado un siglo yotras el dolor se hace tan agudo que siento que fue ayer cuando sucedió. 'No puedo más con este dolor' me dijo en su nota de despedida.Ha pasado un año y es momento de rendir homenaje a una víctima de uno de los montajes másescandalosos que ha vivido la ciudad de Barcelona en los últimos tiempos. Un montaje policial, político y judicial que aún no ha explotado pero que a buen seguro que lo hará. Por la memoria de Patricia Heras que no pararemos hasta que el DESMONTAJE 4F aplaste lasconciencias de todos y cada uno de los culpables. No es la primera vez que la historia tardademasiado en resarcir a las víctimas de terribles injusticias. Los Cuatro de Guildford cumplieron más de 15 años en prisión por un delito que no cometieron. Nelson Mandela estuvo 27 años en la cárcel. No vamos a esperar tanto tiempo.

El Tribunal Constitucional, máximo garante de los derechos fundamentales, aún no se ha pronunciado. Se vulneraron tantos derechos fundamentales de los imputados durante la instrucción y posterior fase oral. Tantos derechos fundamentales se aplastaronpara dictar las sentencias, tanto de la Audiencia Nacional como del Tribunal Supremo, quepodríamos hacer un seminario completo de derecho constitucional. Patricia no está, se fue con otra. Pero nosotras estamos aquí juntas, con dolor y con una fuerzasobrehumana para seguir luchando.

Silvia Villullas

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