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Mucho ruido en las aulas

Según un estudio, los colegios españoles aprueban en materia de seguridad pero deben mejorar sus niveles de ruido y barreras arquitectónicas, así como controlar mejor los riesgos psico-sociales de los alumnos

JORGE OTERO

¿Son seguros los colegios españoles? ¿Se protege allí la integridad física, psíquica y social de los alumnos? ¿Cumplen con la normativa de seguridad alimentaria? ¿Están preparadas sus instalaciones ante situaciones de emergencia? Estas preguntas, cuya respuestas muchos padres dan por supuestas, son algunas de las que se ha hecho la Fundación Mapfre para evaluar las condiciones de los escolares españoles en las aulas.

Bajo el título La Seguridad Integral en los Centros de Enseñanza Obligatoria de España, la Fundación Mapfre ha presentado un informe en el que concluye que los colegios españoles cumplen en materia de seguridad. Pero hay aspectos que son mejorables: los niveles de ruido en las aulas son muy altos, los centros deben estar mejor preparados ante situaciones de emergencia y, además, deben promover mejor los hábitos seguros y saludables.

El estudio, realizado por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en colaboración con las de Santiago de Compostela, Sevilla y Alcalá de Henares (Madrid), concluye que el 74% de los centros de enseñanza, sobre todo los ubicados en el norte del país, conserva correctamente sus instalaciones. También se caracterizan por garantizar el orden, la limpieza y renovar el aire interior mediante sistemas naturales de ventilación, disponer de mobiliario adecuado y de los elementos de seguridad necesarios en caso de incendio, así como contar con la señalización adecuada.

También aprueban en materia de seguridad alimentaria y muchos de ellos velan por que los alumnos mantengan una buena postura sobre todo a la hora de cargar y organizar las mochilas. El estudio también destaca que en los colegios se controla adecuadamente la violencia física y el acoso entre alumnos. De hecho, el 80% de los colegios cuenta con personal específico para controlar los patios y hacer un seguimiento a los alumnos con perfiles de riesgo.

Las asignaturas pendientes tienen que ver sobre todo con las inadecuadas condiciones acústicas y de iluminación en las aulas y las dimensiones poco adecuadas de las clases con respecto al número de alumnos.

La presencia de barreras arquitectónicas es otro factor a mejorar, según el estudio. Cuando están en el colegio los niños se caen o sufren golpes leves. Es algo habitual y hasta cierto inevitable. Pero sí se puede reducir uno de los riesgos más habituales y más desconocidos en los centros de enseñanza: que los más pequeños se pillen los dedos con la puerta.

'Para mejorar habría que instalar sistemas que impidan que los niños se pille los dedos con las puertas, cristales de seguridad anti-rotura y su hablamos de las barandillas, que tanto les gustan, elementos que impidan que se deslicen por ellas', señala Antonio Guzmán, director general del Instituto de Prevención de la Fundación Mapfre.  

Joaquín Gairin, autor del estudio, señala algún riesgo más: 'La seguridad en los centro escolares se mantienen respecto a estudios anteriores en aspectos de infraestructura, logística, mantenimiento, pero ha cambiado en lo que nosotros llamamos riesgos psico-sociales, cómo por ejemplo el bulling informático entre los estudiantes, la custodia de documentos, la preservación de la intimidad de la imagen de las personas'.

La educación es fundamental para mejorar la seguridad en las aulas. El informe concluye que hay que  incorporar en los programas educativos contenidos que contribuyan a generar conductas y hábitos seguros y saludables entre los alumnos. En ese sentido el papel de los educadores y de la familia es fundamental. La matrícula de honor se puede conseguir si la seguridad forma parte de todas y cada una de las decisiones que se adoptan en un centro escolar.

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