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El PP tapa el rescate con un largo debate sobre los pitos al himno

El representante de Les Corts Valencianes que ha defendido la iniciativa para prohibir las 'ofensas' a España en los estadios, y que está imputado por la financiación ilegal de su partido, pide al final de la sesió

IÑIGO ADURIZ

Hace sólo tres días que el Gobierno solicitó a los países del Eurogrupo un rescate de 100.000 millones de euros para la banca y, la prima de riesgo, esa que mide la confianza de los inversores en España, ha vuelto a superar los 530 puntos a lo largo de la jornada. Además de las suspicacias que provoca el país ante el panorama internacional se suma el drama interno de los cinco millones de parados, de la falta de crédito y de los desahucios.

En ese escenario, el PP ha decidido utilizar una hora y media del pleno del Congreso de esta tarde para debatir acerca de las 'ofensas' a España en los recintos deportivos. Para debatir, y no llegar a ninguna conclusión. Para discutir, y no tomar decisiones. Porque el representante de Les Corts Valencianes que defendió en el Parlamento la toma en consideración de la proposición para reformar la Ley del Deporte, pidió al final del debate que no se votara su propia propuesta.

Él, el diputado del PP en Les Corts David Serra, viajó a Madrid para pedir el voto para una iniciativa que al mismo tiempo pidió no votar. Todo un ejercicio de antipolítica puesto en marcha por un político con cuentas pendientes con la Justicia. Porque Serra, exvicesecretario de Organización de los conservadores valencianos, está imputado por la financiación irregular de su partido. En esa condición declaró ante el juez el pasado 22 de mayo.

El pleno daba comienzo a las cuatro en punto de la tarde. Pasados varios minutos de esa hora, el presidente del Congreso invitaba a Serra a subir a la tribuna para defender, en nombre de Les Corts, una proposición de ley para 'prohibir actos de contenido político' en recintos deportivos, aprobada por el Parlamento valenciano en 2006 y remitida a la Cámara Baja hace cuatro años .

La iniciativa, que fue reactivada por la Mesa del Congreso tan sólo pocas semanas después de la final de la Copa del Rey, pretende sancionar a quienes, como en ese partido, pitan al himno español en los acontecimientos deportivos. Porque el texto prohíbe en los estadios actos políticos que inciten, animen, provoquen o sean en sí mismos 'constitutivos de ofensas o ultrajes de palabra, por escrito o de hecho a España, a sus comunidades autónomas o a sus símbolos o emblemas'.

Serra comenzaba su intervención hablando de la profundización de la 'calidad democrática' y reclamando el voto para su iniciativa, que también prohíbe actos de xenofobia, homofobia y cualquier otro tipo de discriminación en los estadios. 'Deporte es deporte y reivindicaciones políticas son reivindicaciones políticas', repetía, tras recordar que la proposición de ley surgió en 2005, después de que en un partido entre el Barcelona y el Osasuna se mostrara una pancarta en defensa de los Països Catalans. En ese momento, en el País Valencià gobernaba Francisco Camps.

A continuación tomaban la palabra los representantes del Grupo Mixto para hacer uso del turno en contra de la propuesta. El portavoz de Compromís-Equo, Joan Baldoví, silbato en mano, denunciaba que 'con la que está cayendo' el PP valenciano vaya al Congreso a 'hablar de pitos'. Alfred Bosch, de ERC, explicaba que el odio 'está en la prohibición' y no en la libertad de expresión, mientras mostraba en la tribuna una Estelada, la bandera que reivindica la independencia de los Països Catalans. Y Xabier Mikel Errekondo, de Amaiur, advertía del riesgo de poner los símbolos 'por encima de la libertad de expresión'.

Los demás representantes criticaron, por su parte, la inoportunidad de la iniciativa, sobre todo porque, según recordaron, la ley contra la violencia y la xenofobia de 2007, ya modificó los artículos que pretende cambiar la propuesta de Les Corts. Rosa Díez, de UPyD, consideró también que la proposición de ley 'no es necesaria' por reiterar la citada normativa, pero aprovechó para introducir a ETA en el debate. Recordó que hay 855 personas asesinadas que murieron por defender los símbolos constitucionales que motivaban la iniciativa del PP.

El portavoz de la Izquierda Plural, Ricardo Sixto, ha atribuido la reactivación de la iniciativa a que 'había que tapar' las cifras del déficit del País Valencià, que superan con creces las exigidas por el Gobierno central. Y el representante del PSOE, Manuel Pezzi, tildó la proposición de ley de 'oportunista, inútil, y legislativamente un bodrio', al proponer la revisión de preceptos de la Ley del Deporte de 1990, que ya fueron modificados en 2007.

La sorpresa llegó cuando intervino la representante del PP, la exyudoca Miriam Blasco. Lejos de apoyar la propuesta de su compañero de partido, se limitó a señalar que es necesaria una modificación de la Ley del Deporte, pero que debe ser el Gobierno el que lidere esa reforma. Y, tras alabar la 'labor social' que hace el deporte, y tratar de desligar la política de la práctica deportiva, requirió a Serra que retirara su propuesta.

Al acabar el debate y tras los oportunos aplausos de la bancada conservadora a su portavoz, el representante de Les Corts volvió a pedir la palabra para solicitar al presidente del Congreso, Jesús Posada, que no se votara su iniciativa. Posada pospuso la decisión a la finalización del pleno, que concluyó cerca de las 22 horas. El presidente determinó que sí, que había que votarla. Pero el resultado ya era previsible: 322 votos a favor de rechazar la iniciativa del Parlamento valenciano. Es decir, toda la Cámara, PP incluido, contra un texto absurdo pero que incendió el Congreso.

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