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Moderación del gasto sanitario como coartada

MARIÀ DE DELÀS

Se saben incapaces de aplicar el copago de los medicamentos sin 'disfunciones de carácter técnico'. Son conscientes de que la imposición de una tasa sobre las recetas no representa ni de lejos una solución para hacer frente a la enormidad del gasto farmacéutico, que en la actualidad representa aproximadamente el 25% de la totalidad del gasto sanitario. Y a nadie se le escapa que con medidas como ésta complicarán un poco más la existencia a las gentes que bastante tienen con sus problemas de salud.

Saben todo eso pero avanzan decididos. Tienen incluso prisa. El gobierno central y la Generalitat de Catalunya se desautorizan mutuamente y al tiempo compiten por demostrar cuál de las dos instituciones tiene menos escrúpulos a la hora de poner progresivamente en cuestión el derecho universal a la asistencia sanitaria.

La Generalitat obliga a los farmacéuticos, a partir de este sábado, a cobrar un euro por cada una de las recetas que presenten en su botica los usuarios de la medicina pública. Quedan excluidos los perceptores de rentas mínimas de inserción o pensiones no contributivas. Unas 127.000 personas. Pero no se librarán de este pago pensionistas ni jubilados, que hasta ahora tenían derecho a medicación totalmente gratuita.

Quedan excluidos los perceptores de rentas mínimas Todas las administraciones autonómicas, además, cuentan desde hace pocos días con los datos para aplicar otro copago a partir del mes de julio, ordenado por el ministerio de Sanidad, que prevé que los trabajadores que cotizan a la seguridad social paguen entre el 40% y el 60% del coste de las medicinas, en función de su nivel de renta.

Uno y otro gobierno trasladan así a los ciudadanos la responsabilidad de ser comedidos en la compra de los fármacos que sus médicos les prescriben. 'Mire doctor, este medicamento que usted me receta no lo voy a comprar. Para no abusar', se supone que deberán decir los pacientes.

Por eso les llaman 'tickets moderadores del gasto'. Se trata en realidad de nuevas tasas que no impedirán para nada que los que hoy en día hacen un mal uso de los fármacos sigan atiborrando sus botiquines.

El argumento de la moderación es sobre todo una coartada Apenas disimulan que el argumento de la moderación es sobre todo una coartada. Ya calculan la recaudación que obtendrán mediante el copago y sólo en Catalunya, con el euro por receta, esperan recoger unos 100 millones de euros anuales.

Embolsarán ese dinero como si el sistema fiscal existente no sirviera para gravar los ingresos de la ciudadanía de acuerdo con sus rentas y sufragar de esta manera el coste de los servicios esenciales que han de garantizar unas condiciones de vida dignas. La Administración carga de esa manera sobre la población lo que no sabe regular a través de la agencia del medicamento ni quiere negociar con las compañías farmacéuticas, para reducir su astronómica factura.

La Generalitat de Catalunya acompaña la aplicación de esta medida de copago con llamamientos a la responsabilidad y la conciencia social de la ciudadanía. Reconoce el conseller del ramo que los farmacéuticos son agentes del sistema sanitario y no han de convertirse en recaudadores, pero les obligan a tomar nota de quienes se nieguen a pagar la tasa, para abrir a continuación expedientes administrativos a los objetores.

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