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La operación de Interior contra Al Qaeda pierde fuelle en la Audiencia Nacional

El juez dicta prisión sólo contra uno de los tres detenidos y prorroga la detención de los otros dos a petición de la Fiscalía, a la espera de que la Policía reuna más pruebas

ANDRÉS MUÑIZ

La operación contra Al Qaeda anunciada el jueves a bombo y platillo por el ministro del Interior en rueda de prensa, ha perdido gas al llegar a la Audiencia Nacional. El juez encargado del caso, Pablo Ruz, decretó este viernes prisión incondicional por delito de tenencia de aparatos y sustancias explosivas con finalidad terrorista para el ciudadano turco detenido en La Línea de la Concepción (Cádiz), Kencig Yalcin. Pero a los dos rusos de origen checheno, Ahmad Avar y Muhammad Adanov, arrestados en Almuradiel (Ciudad Real), que según Jorge Fernández Díaz eran miembros operativos de Al Qaeda, les ha prorrogado la detención a petición de la Fiscalía para realizar nuevas diligencias, ante la ausencia a fecha de este viernes de pruebas contundentes para enviarles a la cárcel. Además, al ciudadano turco no le acusa de pertenencia a banda armada, es decir, a Al Qaeda o a cualquier otra.

Según fuentes jurídicas, las diligencias consistirán básicamente en el examen del contenido de los teléfonos móviles de ambos detenidos, de las tarjetas de esos aparatos, de un ipod de música, y de un pen-drive de 32 gigas, hallados en su poder, y que fue volcado hoy por la Policía en las dependencias del Juzgado. La prórroga de la detención vence en la noche del domingo, cuando el juez tendrá que decidir definitivamente, oido el fiscal, si les envía a prisión o, por el contrario, les deja en libertad.

En sus declaraciones de hoy ante el juez y del jueves ante la Policía, los tres detenidos negaron pertenecer a Al Qaeda. Los dos ciudadanos rusos explicaron que llegaron hace unos meses a España tras un periplo por varios países europeos, incluido Francia, viajando en diferentes medios de transporte. En Cádiz, donde se vieron con su amigo Yalcin, a quien habían conocido en Turquía, se interesaron por el mecanismo para pedir asilo político en España, pero desistieron finalmente de hacerlo al decirles un abogado que no reunían las condiciones legales. Ahmad Avar admitió además haber estado en Pakistán y Afganistán, pero no para formarse como guerrillero.

En cuanto al turco Kencig Yalcin, el juez le ha enviado a prisión a petición del fiscal por el explosivo y la mecha hallados en una casa de La Línea de la Concepción. El detenido asegura ser un ingeniero residente legal en Gibraltar, donde trabaja de encargado de obra de una empresa con un buen sueldo. En su declaración ante el juez, aseguró no tener nada que ver con los aproximadamente 100 gramos de explosivo --pendiente de analizar-- encontrados en un bote dentro de la despensa de una casa de La Línea. Se trata del único explosivo hallado hasta este viernes en el operativo policial, y que según el ministro del Interior, pese a ser una cantidad pequeña, 'podría destrozar un autobús'. También se encontró mecha casera.

Yalcin señaló que la casa de La Línea es propiedad de su novia, una ciudadana marroquí que no ha sido detenida. Pese a este alegato, el juez acordó su prisión por delito de tenencia de aparatos y sustancias explosivascon finalidad terrorista, pero no por pertenencia.

Por otra parte, el detenido explicó la presencia de documentos sobre aeromodelismo en esa casa en su afición a esta actividad, que desarrolla con su hijo. Señaló que tiene tres aviones de aeromodelismo de diferentes tamaños en su casa de Gibraltar. Además, admitió haber llevado a los dos chechenos cuando le fueron a visitar a Cádiz a practicar parapente con motor, un deporte al que también es aficionado.

En cuanto al zulo vacío encontrado en la casa de La Línea, dijo que suponía que ya estaba allí cuando su novia compró la casa. No sabía nada de que haya contenido explosivo, lo que sospecha la Policía tras ser olfateado por perros especializados en explosivos. El caso es que, hasta este viernes, la Policía no había informado del hallazgo de explosivos en los registros realizados más allá de los 100 gramos encontrados en la casa citada. Ninguno de los tres detenidos llevaba en su poder armas de fuego en el momento de las detenciones.

 

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