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Marruecos unifica a las organizaciones que exigen que Ceuta y Melilla dejen de ser españolas

El Comité de Coordinación para la Liberación de Melilla avisó de la intención de ocupar el Peñón de Vélez, pero el CNI y el Ejército español le otorgaron poco crédito

JUAN JOSÉ TÉLLEZ

Los activistas Yahya y Chramti, líderes del Comité de Coordinación para la Liberación de Melilla e ideólogos de la ocupación por unas horas del peñón de Vélez de la Gomera, vieron reforzada su causa durante una reunión celebrada al más alto nivel en Rabat, lo que probablemente les valiese fondos adicionales para este comité. Ambos activistas cuentan también con simpatías dentro del Istiqlal, el partido nacionalista que surgió de la independencia de Marruecos y que ya en el pasado promovía movilizaciones en contra de la españolidad de Ceuta y Melilla, que eran especialmente activas durante los veranos de las últimas tres décadas. 

El Centro Nacional de Inteligencia y el Ejército español en su conjunto prestaron escaso crédito a la amenaza de ocupación del Peñón de Vélez de la Gomera que el Comité de Coordinación para la Liberación de Melilla anunció hace meses, aunque sin mencionar explícitamente dicho enclave.

'Cuando terminemos con las ciudades autónomas vamos a invadir una de las islas o peñones cercanos' En YouTube hay varios vídeos en árabe en los que los activistas Yahya y Chramti, líderes de la organización, anuncian que van a dar a los españoles 'una lección de verdadera democracia': 'El fin es ir mandando poco a poco el mensaje, sembrar el miedo y la incertidumbre en Ceuta, luego en Melilla, y poco a poco llegar al verano y empezar a reclamar nuestros territorios y a volver a bloquear las fronteras', argumenta Chramti en uno de ellos, poco antes de concluir con una amenaza que finalmente se cumplió: 'Cuando terminemos con las ciudades autónomas, a finales de verano vamos a invadir una de las islas o peñones cercanos, no vamos a decir cual, pero que se preparen'.

Lo cumplieron, sin que el Centro Nacional de Inteligencia lograra prevenir dicho asalto no violento: 'Ahora el Peñón de Vélez lo conoce todo el mundo –se jactó luego Chramti en Alhucemas–. La gente sabrá que es un sitio cercano y débil. El Gobierno tendrá que destinar dinero para reforzar sus fronteras y los inmigrantes subsaharianos querrán acceder a España por ahí. Es una acción fácil y rápida, pero muy rentable para nuestros intereses'.

Ahora, vuelven a posar juntos en Alhucemas, tras la ocupación por unas horas del peñón de Vélez de la Gomera, protagonizada por cuatro activistas del Comité de Coordinación para la Liberación de Ceuta y Melilla, que ambos lideran. Sin embargo, el fin de año de 2010 marcó las horas más bajas en las relaciones entre Yahya Yahya, alcalde de la ciudad de Beni Enzar y Ferhana, la más próxima a Melilla, y el activista Said Chramti. El reparto de octavillas con la bandera marroquí y la reivindicación de dicha plaza y de Ceuta, marcó las campanadas de Nochevieja en dicha ciudad bajo bandera española. Yahya Yahya se desmarcó de aquella acción y alegó que se trataba de una actuación a título individual de quien ahora aparece como su segundo de a bordo en el Comité de Coordinación para la Liberación de Ceuta y Melilla, que ha tomado carta de naturaleza definitiva desde el pasado año.

A finales del último mes de julio, Chramti y Yahya volvieron a posar juntos de nuevo. Esta vez, en la zona internacional que media entre Melilla y Beni-Enzar. Acompañados por cientos de marroquíes, aprovecharon a colocar sobre la valla de seguridad que preserva el perímetro fronterizo diferentes pancartas alusivas al célebre desastre español del barranco del Lobo, durante la guerra colonial de Marruecos. En esa batalla, de la que se cumplían 103 años, murieron 153 militares españoles, a manos de la resistencia rifeña. Su conmemoración consistió en el reparto de pancartas, carteles y octavillas bajo la leyenda 'Celebración del 103 años del combate del barranco del lobo glorioso' y la reproducción de una vieja copla española que reza: 'Melilla ya no es Melilla, Melilla es un matadero donde van los españoles a morir como corderos'.

'Nuestros antepasados arrasaron a un estado imperialista y colonialista como era el español''Las épocas de calma se han terminado y estamos obligados a volver a nuestra verdadera lucha, la de criar jóvenes fuertes para afrontar una causa justa de morir luchando para recuperar nuestras tierras ocupadas –llegó a declarar entonces Said Chramti en un tono poco pacifista–. Nuestros antepasados no eran soldados de un ejercito moderno y arrasaron a un estado imperialista y colonialista como era el español que estaban saqueando nuestras riquezas mineras en el Rif y siguen ocupando nuestras ciudades queridas de Ceuta y Melilla'.

Fue entonces cuando Chramti alertó sobre la posibilidad de una acción contra el Peñón de Vélez de la Gomera, aunque no llegara a mencionarlo explícitamente: 'Dentro de las semanas próximas -dijo-, España se sorprenderá y el mundo con la perdida de un punto de tierra en el norte de África por mediación de los jóvenes luchadores feroces con gran fe en Dios y en la patria'. Ya entonces consideraba al senador Yahya Yahya como su hermano y contaba con su apoyo 'para cumplir ese sueño'.

Ambos hacían antes esa guerra pacífica por separado. Yahya Yahya cuenta con fortuna personal, ha sido senador del Reino de Marruecos y mantiene eternamente la mencionada alcaldía, aunque se da la circunstancia de que durante cierto tiempo copresidió paradójicamente la comisión de Amistad entre el Senado español y la Cámara de Consejeros de Marruecos. Claro que, al mismo tiempo, lidera la Asociación Nacional para la Defensa de las Victimas del Colonialismo Español y la Unidad Territorial Marroquí o la Asociación Sáhara Marroquí, especialmente activa a la hora de luchar contra las reivindicaciones del Frente Polisario. Su línea de actuación está marcada por un cierto panarabismo, lo que le ha valido las críticas de la población bereber del Rif, que al menos vio reconocido el amazigh en la reforma de la Constitución que se llevó a cabo en 2010.

Por su parte, Said Chramti, vicepresidente del Comité, preside a su vez la Asociación pro Derechos Humanos del Gran Rif y desde hace mucho destacó igualmente en acciones contra la ciudad autónoma de Melilla, lo que le ha valido al menos en dos ocasiones su comparecencia ante los juzgados. Claro que también denunció recientemente el robo de niños tanto en dicha ciudad española como en la marroquí de Nador, en un episodio que guarda ciertas similitudes con los vividos en España durante el franquismo.

El máximo propósito del Comité de Coordinación para la Liberación de Ceuta y Melilla estriba en que la bandera marroquí ondee sobre la Plaza de España de ambas ciudades. Así lo han expresado en sus manifiestos y sus discursos, en una línea que Yahya Yahya viene asumiendo de manera constante desde 2001, pero que en rigor se remonta hasta hace tres décadas cuando Marruecos promovió el Movimiento de Liberación de Septa y Melilla que llegó a inundar de octavillas, pintadas y complicidades ambas ciudades, allá por el año 1981. Con posterioridad, la opinión pública hispano-marroquí viviría casos tan rocambolescos como el de Mohamed Dudú, aquel activista melillense que llegó a ocupar cargos de responsabilidad en el ministerio español de Interior, antes de que se desvelara que actuaba en connivencia con las autoridades marroquíes. De hecho, aún hoy sigue residiendo en dicho país y sus amigos melillenses no han logrado traerle de vuelta a su ciudad de origen, a pesar de tanto tiempo transcurrido.

En cualquier caso, la argumentación actual de Yahya Yahya y de Said Chramti estriba en el supuesto de descolonización que Naciones Unidas fijó en su día, una controversia en toda regla dada la contradictoria documentación histórica que rige al respecto. También hacen suya la exigencia de aquella 'célula de reflexión' hispano-marroquí sobre Ceuta y Melilla y las islas vecinas, que esgrimiera simbólica pero inútilmente Hasán II en 1987. A su vez, se sienten respaldados por varias resoluciones de la Unión Africana y la Liga Árabe que 'hacen hincapié en la urgente necesidad de poner fin a la existencia del colonialismo en los territorios ocupados por el invasor español'.

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