Con un pulido bronceado que, al menos cuando estaba en la política, no solía perder ni siquiera en lo más crudo del invierno y elegantemente vestido con traje y camisa sin duda cortados a medida, el ex ministro de Trabajo del Partido Popular Eduardo Zaplana ha dejado satisfechos con sus respuestas a los diputados de IU y PSOE que durante más de hora y media lo han asaeteado a preguntas durante su comparecencia en la comisión parlamentaria andaluza que investiga los ERE fraudulentos pagados con dinero público.

Al igual que Javier Arenas unas horas antes, Zaplana había sido convocado porque durante su etapa como ministro, hace una década, se gestionó el expediente de ayudas socio laborales a trabajadores de la franja pirítica de Huelva, un expediente sobre el cual han recaído sospechas de irregularidades que están siendo investigadas por la juez Mercedes Alaya.

El exministro de Trabajo concluyó su intervención con unas palabras ante las que pudieron incluso darse por aludidos sus propios compañeros de partido: “No pongamos el ventilador, y menos en estos momentos. Persigamos todos los indicios de actos incorrectos, sabiendo que es el mayor favor que nos hacemos”.

El exministro mantuvo durante toda su comparecencia un tono equilibrado, respetuoso, de plena colaboración con la comisión, sin eludir nunca las preguntas y sin lanzar apenas reproche político alguno. Los diputados Alba Doblas, por IU, y Jesús María Ruiz García, por el PSOE, tuvieron palabras de reconocimiento para la actitud de Zaplana, que fue más respetuoso con las preguntas de la izquierda de lo que lo fueron los propios diputados del PP presentes en la comisión y de cuyos comentarios descalificadores se quejaron tanto Doblas como Ruiz.

Zaplana negó con una rotundidad sin fisuras que se hubiera producido irregularidad alguna en la concesión de las ayudas otorgadas a los trabajadores onubenses. Desde que se dieron aquellas ayudas, que ascendieron a 180 millones de euros pagados al cincuenta por ciento por la Junta y el Gobierno, “ha habido tres ministros socialistas de Trabajo, si hubiera habido alguna anomalía la habrían denunciado. No hay ninguna sombra de duda al respecto. No nos inventemos las irregularidades”, dijo en tono firme Zaplana, que insistió en varias ocasiones en que él ya no estaba en la política y no iba a entrar en debates políticos. ¿Pudo haber intrusos o falsos mineros entre esos trabajadores beneficiados por las ayudas, dado que eso es lo que está investigando la juez?, le preguntaron Doblas y Ruiz. “Es prácticamente imposible que eso ocurra en la Administración del Estado, por los controles de legalidad. Sembrar la duda de todo yo creo que es malo”, zanjó el ex ministro de Aznar.

Zaplana explicó minuciosamente cómo había sido el proceso de concesión de las ayudas a la faja minera: “Hay un acuerdo entre las partes. Tiene una norma legal que lo valida, que es la orden ministerial 1995. En esa norma se fija el procedimiento y se sigue. Tiene que haber previamente un ERE de extinción de contratos aprobado por la Junta. Después los sindicatos entregan al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) los listados trabajadores con derecho a ayudas. El INSS emite los coeficientes de cada trabajador (si tenían 55 o más años a determinada fecha, etc). Se comprueba caso a caso. Concluido eso se expide la certificación a cada trabajador. Con esas certificaciones los sindicatos solicitan las ayudas. El ministerio dicta resolución. Acreditado todo eso se le paga a cada trabajador, y cada uno pide que se ingrese el dinero a las aseguradoras con las que cada uno había suscrito su póliza”.

En otro momento de su intervención fue tajante: “De la lista que sale del ministerio para ayudas extras yo me hago responsable como ministro de Trabajo. No me hago responsable ni de las pólizas ni de los ERE”. También defendió que el acuerdo alcanzado sobre la franja pirítica era legal aunque se no hubiera publicado, dado si no se publicó fue porque no lo exigía el procedimiento.

El diputado socialista Jesús María Ruiz no perdió la ocasión e intentó arrimar el ascua a su sardina ante la defensa por Zaplana de los procedimientos administrativos en general y de los del Gobierno central en particular: “El señor Zaplana está respondiendo en buena lid. Defiende los procedimientos y la confianza en la estructura administrativa. En esta comisión se están haciendo demasiadas presunciones de culpabilidad, a funcionarios, beneficiarios… Quiero que quede claro que no siempre se detectan deficiencias a tiempo, y eso no es déficit de los procedimientos o celo de los funcionarios”. Como habría dicho un castizo, en esta comisión el que no corre vuela.