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La nueva fiebre del oro

La venta de joyas por parte de particulares es una vía de acceso a dinero rápido al dinero en efectivo. Galicia ha sido la primera comunidad en tomar medidas para evitar

ALEJANDRO TORRÚS

11 de la mañana de un día de agosto. Alrededor de un centenar de personas esperan a ser atendidos en la sala de Monte de Piedad (Bankia). Entregarán alguna pieza de oro a cambio de un préstamo instantáneo ya sea en metálico o en cuenta, por debajo del interés del mercado. En un año podrán recuperar sus joyas o, por el contrario, sino pueden devolver el préstamo, la perderán. Claudia, mujer que roza la cuarentena, espera con el bolso agarrado bien fuerte con las dos manos. No quiere hablar mucho del problema que le ha llevado a avalar sus joyas. “No son muchas”, reconoce, para después admitir: “Ya sabes, que si el pago de la hipoteca, que si el colegio de la niña...”, relata, vergonzosa esta mujer de origen chileno.

Claudia avala sus joyas para pagar la hipoteca y el colegio de su hija

Para entrar a Monte de Piedad, Claudia ha tenido que pasar una barrera de siete u ocho hombres que  aguardan en la puerta de la casa de préstamos con un chaleco de compro oro. “Compramos oro a mejor precio que ahí dentro”, se encargan de recordar. Concretamente, las empresas a las que pertenecen estos señores de chaleco amarillo, ofrecen entre 27 y 29 euros por gramo de oro de 24 quilates, mientras que por el de 18 quilates, el más habitual en las joyas 'domésticas', se sitúa en alrededor de 20 euros. El precio ofrecido en la casa de empeños de Monte de Piedad ronda la mitad del precio de las casas privadas. “No estoy segura, pero me dijeron que alrededor de 11 euros por gramo. Prefiero que me den menos dinero y tener la posibilidad de recuperarlo. ¿Algún día acabará la crisis, no?”, se pregunta Claudia.

Termine pronto o no esta crisis económica, y a falta de estadísticas oficiales, la opinión generalizada de los comercios especializados en compraventa de oro es que se ha duplicado la demanda respecto al año 2009. La explicación de este auge es la combinación de la “restricción en el acceso al crédito bancario y los mínimos históricos alcanzados por la confianza en las entidades financieras', según un informe del Instituto de Estudios Políticos, Económicos y Sociales Eurispes. Sin embargo, esta moda no sólo afecta a España. En Italia, según el citado informe, este tipo de negocios se han quintuplicado entre los años 2010 y 2011.

Dan cuenta de esta nueva fiebre del oro un comercial de origen dominicano  -se niega a dar su nombre por miedo a represalias-, y sus compañeros, que le aconsejan que no hable mucho. “Ahí esta el negocio. Sabemos que se debe a la pobreza y a que la gente no tiene otra manera de conseguir efectivo pero esto es legal. Mis jefes compran oro por un dinero, venden por otro superior y de ahí pagan impuestos, me pagan a mí, etc. Por eso, yo tengo que estar aquí, al pie del cañón”.

El cañón de este dominicano es la puerta de entrada a Monte de Piedad. Cada día desfilan ante sus ojos decenas de personas con sus escasas joyas guardadas en una bolsa para ser vendidas. Él les ofrece un precio mejor. “Claro que me gustaría trabajar en otra cosa. Pero esto es lo que hay”, reconoce. Como este hombre, decenas de personas pasean por el centro de la ciudad con un chaleco amarillo que reza: “Compro oro”. Es un tipo de empleo precario, pero es un empleo. Este comercial dice cobrar 700 euros mensuales. “Otros no tienen tanta suerte y cobran por comisión”, señala el hombre.

El auge de este tipo de comercios los ha puesto en el punto de miro de comunidades autónomas y organizaciones de consumidores. Una de las primeras comunidades en tomar cartas en el asunto ha sido Galicia. El Instituto Galego de Consumo presentó el 28 de agosto un informe en el que detallaba que nueve de cada diez tiendas de compraventa de oro en Galicia cometen alguna irregularidad. Las dos más comunes: las básculas mal calibradas y la falta de información sobre el precio de venta.

Galicia denuncia que el 57% de estos comercios tienen las básculas manipuladas

De hecho, el estudio denuncia que tras inspeccionar el 72% de todos los locales de compro oro de la comunidad gallega, el 57% de ellos tenía las básculas mal calibradas y no estaban correctamente marcados con la etiqueta metrológica 'MVerde' y el sello de la CE.  Asimismo, la inmensa mayoría de los establecimientos tampoco cumplían con la normativa de poseer un libro de registros, con el sello de la Policía, en el que los dueños del negocio deben apuntar las transacciones económicas que realizan.

La organización de defensa de las consumidores Facua ha detectado diferencias de hasta un 38% en el precio que pagan por las joyas los establecimientos dedicados a la compra de oro. En el caso del oro de 24 quilates, que no es común para la fabricación de joyas, la diferencia asciende al 64%. La asociación de consumidores advierte a los clientes de este tipo de comercios que no se fien de la oferta de “el mejor precio del mercado” y que siempre comparen. Asimismo, aconsejan al consumidor que en el caso de que se trate de un empeño y no de una venta, “presten la máximo atención a las condiciones de la devolución, esto es, el tiempo y el tipo de interés”.

El auge de este tipo de negocios en España tiene una explicación en sistema financiero mundial. La demanda de oro en lingotes se disparó en 2010 un 56%, frente a una caída de la inversión en otros productos de inversión financieros como los ETF, contratos de futuros, etc., que disminuyeron un 45%. En total, según los datos de World Gold Council, la demanda de oro en el mundo (joyas, uso industrial e inversión) subió en 2010 un 9%, hasta las 3.812 toneladas, tasadas en 150.085 millones de dólares (unos 110.000 millones de euros), el valor más alto de la historia.

El oro está siriviendo como valor refugio en tiempos de crisis e inestabilidad

El famoso especulador George Soros ha advertido en repetidas ocasiones que en torno al oro se ha estado gestando 'una burbuja definitiva' que “no va a durar siempre” porque no es un valor absoluto sino que está sirviendo como refugio en estos tiempos de crisis y de inestabilidad financiera. Para ejemplificar, sirve el contraste entre el aumento del valor la onza de oro en 2010, un 26%, frente a la caída del 18% de la bolsa española. Actualmente, el precio se fija en 1.654 dólares la onza (1.321 euros), lejos del récord histórico que alcanzó a finales del año pasado cuando la onza costaba 1.923 dólares.

El motivo de este auge del valor del oro tiene que ver, como explicó la analista y portavoz de Oro direct Corinna Heilmann, a Público en el auge de la demanda de este metal en los países asiáticos y en la creciente demanda de los Bancos Centrales ante la inestabilidad del euro y el dólar. 'En países como India, China o Rusia se ha disparado el gusto por el metal precioso para joyería, lo que ha disparado la demanda mundial un 17%, pero también para inversión personal en lingotes. Sólo en India, la subida fue del 69%', sentenció Corinna Heilmann.

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