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"Ya no hay violencia de ETA, pero sí del Estado"

La cabeza de lista de la izquierda abertzale, encargada de llevar el timón en esta nueva etapa sin la presencia de ETA y marcada por la crisis, centra su propuesta política en dos ejes: la soberanía vasca y la gestión econ&o

LUIS GIMÉNEZ SAN MIGUEL

Fuera del mundo abertzale Laura Mintegi era un nombre desconocido hasta el momento en el que fue anunciada como la candidata a la presidencia del Gobierno Vasco por la coalición Euskal Herria Bildu, la nueva fuerza política que aspira a convertirse en 'el nexo común' de los independentistas vascos de izquierdas y arrebatarle la hegemonía soberanista al PNV. En ella están integrados la izquierda abertzale, Eusko Alkartasuna, Aralar y Alternatiba, aunque el grueso de los apoyos vienen de la antigua Batasuna.

Las rejas de la prisión de Logroño impiden al histórico líder abertzale, Arnaldo Otegi, ser el candidato en esta nueva etapa en la que, por primera vez en democracia, los vascos votarán sin atentados de ETA. En vez de un perfil de duro militante, como hubiera sido Otegi, la nueva coalición ha optado por una trayectoria académica y cultural en defensa de la identidad vasca. Laura Mintegi no ha estado estrictamente en la primera línea a pesar de que en 1987 y 1989 participó en las listas de Herri Batasuna en las elecciones al Parlamento Europeo y el año pasado fue candidata para el Senado por Amaiur, sin resultar finalmente elegida.

La experiencia de gestión con la que cuenta es la de una reputada académica de la Universidad del País Vasco. Además de novelista, con varios premios a sus espaldas, es licenciada en Historia, doctora en Psicología y experta en lengua y literatura vasca. Ahora, habla con Público sobre su proyecto político y el nuevo tiempo en el País Vasco.

¿Qué representa usted y su candidatura en este particular momento de crisis económica en España y de nuevo escenario político en Euskadi?

A mí me han dado su confianza cuatro fuerzas políticas que han formado una coalición después de un largo proceso de confluencia que ha sido modélico. Han coincidido en presentar un único programa político y socioeconómico. Son fuerzas con diferentes trayectorias, pero que coinciden en una propuesta de gobierno. Coinciden en dos ejes fundamentales de la política que quieren llevan adelante. Por una parte, conseguir unas cotas de soberanía mayores para el País Vasco, con la mirada puesta en un proceso independentista, y por otra dar prioridad absoluta a la situación de una población que está sufriendo una grave crisis económica. Es necesario virar la política 180 grados para que podamos aplicar una serie de políticas sociales que den respuesta a las necesidades de la población.

¿Y cómo valora la última medida carcelaria de incomunicación impuesta a Arnaldo Otegi?

'Me parece grave que se tomen medidas punitivas por el uso de la palabra'Me parece grave que se tomen medidas punitivas por el uso de la palabra. Viene a reafirmar una vez más que hay un castigo a la disidencia política y se reafirma la existencia de presos políticos, personas que están encarceladas por su actividad política exclusivamente.

Hemos estado oyendo que en democracia cualquier idea puede ser defendida. Y con esto se demuestra que algunas ideas se castigan. Y yo me pregunto: ¿Es mentira eso que se decía o es que esto no es una democracia?

Tras el cese de la violencia por parte de ETA, ¿cuál es el Euskadi con el que os encontráis en esta campaña para volver al Parlamento Vasco?

De un año a esta parte la situación en el País Vasco ha cambiado diametralmente. Por una parte está la decisión unilateral y definitiva de ETA de dejar las armas y por otra parte tenemos una crisis económica que es absolutamente apremiante.

Las situaciones de crisis no son siempre malas, si dan opción a dejar atrás lo que no sirve y tomar medidas que respondan a la nueva época pueden ser positivas.

Hay que construir la paz, hay que construir la normalización política de este país. Ya no hay violencia por parte de ETA, aunque todavía se mantiene una importante violencia del Estado, con medidas excepcionales que ya hay lugar para que se sigan manteniendo, como ha constatado el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.

Por otra parte, la crisis económica nos obliga a hacer cambios radicales en el plano económico. No mirar tanto las economías especulativas y mirar más cómo crear empleo, cómo evitar que la gente no pierda su casa y cómo dar servicios sanitarios, educativos y asistenciales al conjunto de la población. Y esto es lo que tenemos que hacer.

La izquierda abertzale se define como una alternativa a la gestión de la crisis económica que está llevando a cabo el Gobierno de España, al igual que el resto de gobiernos europeos. Pero, realmente, ¿cuál es el modelo político y económico que propones?

Tenemos medidas muy concretas y muy directas. En primer lugar queremos crear empleo. Y para esto planteamos dos medias. Una es repartir el empleo existente, implantando la jornada semanal de 35 horas, bajar otra vez la edad de jubilación a los 65 años y, a partir de los 60, instaurar el contrato relevo. Y la otra es crear empleo nuevo. Para poder hacerlo queremos un fondo de inversión que invierta en la economía real dando prioridad a la pequeña empresa, a las cooperativas y a las empresas de carácter social.

'Queremos repartir el empleo existente, implantando la jornada semanal de 35 horas'Creemos que hay que invertir en proyectos productivos y para ello hace falta dinero. Para obtenerlo tenemos un planteamiento claro, que es lo que echo de menos en otras fuerzas políticas. El dinero hay que obtenerlo de una fiscalidad progresiva, que pague más el que más tiene. Y tolerancia cero con el fraude fiscal.

Esto no es un eslogan electoral. Es algo que ya estamos haciendo en aquéllos lugares en los que tenemos competencia recaudatoria, como la Diputación de Guipúzcoa.

Según las encuestas parece casi imposible que alguna fuerza política pueda obtener una mayoría que le permita gobernar en solitario. De cara a pactar, ¿cuáles son las opciones que barajan?

Los objetivos principales que nos hemos marcado, la soberanía y la justicia social, necesitan de amplios consensos, no estamos pensando en siglas concretas. No nos interesa tanto con quién pactar sino para qué pactar. Por lo tanto, nuestro objetivo es muy claro, queremos avanzar en la normalización política y en las políticas sociales. Para esto hace falta un consenso no solo de fuerzas políticas, sino también entre empresarios y trabajadores. No estamos pensando sólo en la conformación de un gobierno, estamos pensando en crear país. Y eso implica un gran pacto social.

Vamos a contar con cualquier fuerza política que camine en esta dirección. Y si no lo está, vamos a insistir en que colaboren con estos objetivos.

Para la izquierda abertzale un tema central para conseguir la paz y la 'normalización política' son los presos. ¿Cuál es su propuesta para solucionar el problema?

Ya tenemos trazados cuáles deben ser los pasos que han de seguirse para la resolución de este conflicto. Y me estoy refiriendo en concreto a la Conferencia de Aiete. Allí se planteaba muy claramente que hay que solucionar las consecuencias del ciclo violento que ha vivido en País Vasco. Y esto son los presos y las víctimas, todas las víctimas, las que han sufrido la violencia de ETA y las que han sufrido la violencia del Estado.

Procesos independentistas en Escocia y Flandes, las revueltas árabes, los nuevos movimientos sociales de los indignados en todo el mundo... Más allá de las fronteras de Euskadi y de las de España, ¿tiene algo que decir Euskal Herria Bildu a este mundo cada vez más convulso?

Estamos muy preocupados por la situación mundial. Vemos que hay una gran desazón, tanto en el tipo de arquitecturas estatales como en la situación económica. En la propia Europa se están viendo voces muy claras pidiendo la independencia. Escuchamos con especial interés las voces que salen de Escocia, de Flandes o de Montenegro. Vemos un proceso en el que los pueblos están demandando el derecho a decidir y que ellos mismos puedan determinar cómo quieren vivir y qué alianzas quieren hacer con otras naciones.

'No estamos pensando sólo en la conformación de un gobierno, estamos pensando en crear país' También nos preocupa la situación económica europea. Pensamos que es hora de plantarse ante las políticas neoliberales que están dando prioridad al pago de la deuda, una deuda de la que tienen culpa las grandes entidades financieras y que ahora quieren que pague la ciudadanía. Y además sin preguntárselo, a golpe de decreto.

Estas políticas condenan a la pobreza a una parte creciente de la población. Además van en un sentido contrario a lo que hay que hacer, que es crear empleo y mantener los servicios sociales cuando la gente más los necesita.

El líder natural de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi, se encuentra en prisión en este momento 'histórico', pero saldrá en algún momento. ¿España sobreviviría a un Otegi Lehendakari?

Ojalá. Me parecería que sería un signo de normalidad. Los políticos tienen que estar haciendo política, no estar en la cárcel. Eso significaría que realmente hemos empezado la transición pendiente de la dictadura a la democracia, pues no es democrático tener políticos en la cárcel por hacer política.

'Mañana Euskal Herria', decía Otegi para titular su último libro. ¿Cuál es la Euskal Herria de mañana con la que sueña Laura Mintegi?

Una Euskal Herria unida, solidaria, autodeterminada, respetada y en contacto y colaboración con otras naciones en nivel de igualdad. Pero esto no es un sueño, es un proyecto. No es algo que pertenezca al campo de lo onírico, sino que está en el campo de lo político.

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