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Fernández se presenta como un afectado de Bankia: "Mi mujer me dice que si le devuelvo yo el dinero"

El vicepresidente de la CEOE señala al juez que el banco reformuló sus cuentas en una reunión del tipo 'vamos a quitarnos esto de encima lo más rápido posible'

ANDRÉS MUÑIZ

Arturo Fernández, presidente de la patronal madrileña y vicepresidente de la estatal (CEOE), causó sensación este viernes en su declaración como imputado en la Audiencia Nacional al presentarse él mismo como un afectado por la debacle de la entidad, por haber invertido 60.000 euros en acciones del banco entre él y su mujer, quien ahora le pide cuentas.

Fernández, exconsejero de Bankia, destacó en su comparecencia, como prueba de su confianza en la entidad de la que formaba parte, que con motivo de la salida a bolsa –julio de 2011– compró 30.000 euros en acciones, y la misma cantidad compró su esposa. 'Mi mujer me está diciendo ahora que si le devuelvo yo el dinero', declaró el presidente de los empresarios madrileños, según fuentes jurídicas. Su afirmación provocó la risa de los abogados presentes en el acto.

Pero ese aire campechano del compareciente no convenció en absoluto a la veintena de afectados verdaderos del escándalo de las preferentes de Bankia, que le recibieron y despidieron con silbidos en las puertas de la Audiencia, con gritos como: '¡Arturo cabrón, directo a prisión!', '¡El de la patronal, a la cárcel con Ferrán!' o '¡Que sale el enano cabezón!'.

En su declaración ante el juez que instruye el caso Bankia, Fernando Andreu, señaló que él defendía en el Consejo de Bankia los intereses de los empresarios madrileños, con quienes ejercía de puente o intermediario, pero que respecto a las cuentas se fiaba de lo que hacía el consejo directivo o la auditora, por lo que ni siquiera se leía los informes.

En concreto, respecto al Consejo de Bankia celebrado en mayo de 2012 donde se reformularon las cuentas del ejercicio de 2011, pasando de unos beneficios de 305 millones de euros a reconocer unas pérdidas de 2.900 millones, Fernández manifesto que fue una reunión muy escueta del tipo 'vamos a quitarnos esto de encima de la forma más rápida posible', según las mismas fuentes.

Fernández dijo al juez que en 2011 cobró de la entidad unos 45.000 euros (aunque del total del grupo, donde ocupaba otros consejos, percibió 115.000 euros a lo largo del año pasado, según los datos oficiales del banco).

Otro imputado que declaró este viernes fue José Manuel Fernánde Norniella, mano derecha de Rato en la entidad y el primer consejero ejecutivo que comparece. Este exdiputado del PP y exsecretario de Estado de Comercio en la etapa Aznar, era además el presidente del Comité de Riesgos del banco.

Según fuentes jurídicas, manifestó, entre otros extremos, que el Banco de España no planteó objeciones a un posible efecto negativo de la salida a bolsa de Bankia. En cuanto al informe del FMI de abril de 2012 que recomendaba medidas rápidas en las entidades para equilibrar balances, señaló que no les preocupó porque entendieron que estaban cumpliendo con el plan que habían presentado al Banco de España, y que lo que sugería el Fondo era que se ejecutara con mayor rapidez.

Fernández Norniella fue el único consejero que dimitió de su cargo el mismo día que Rato --el 9 de mayo de 2012--, ya que el resto lo hizo el 25 del mismo mes. Explicó su renuncia en que era fiel y solidario del proyecto del presidente de la entidad, por lo que entendió que debía marcharse cuando Rato se sintió desautorizado.

También declaró este viernes, y también como imputada, Carmen Cavero, cuñada del presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González.Era consejera de la entidad y miembro de la Comisión de Auditoría, por lo que percibió entre 2011 y hasta su dimisión en mayo de 2012, 136.000 euros (según los datos del banco, sólo en 2011 cobró 134.000, aunque por su participación también otros consejos del grupo).

Entre otros aspectos, según fuentes jurídicas, destacó el poco tiempo que le dieron a los consejeros, de sólo un día, para estudiar las cuentas reformuladas --las que reconocían unas pérdidas de casi 3.000 millones de euros--, pese a lo cual les dieron el visto bueno.

El cuarto compareciente del día fue Alberto Ibáñez, con un sueldo, entre 2011 y 2012, de 160.000 euros, y que era presidente de la Comisión de Auditoría de Bankia.

Relató el trato directo que mantuvo con los auditores de Deloitte desde julio de 2011 --momento de la salida a Bolsa del banco-- y hasta abril de 2012, y subrayó que no hicieron especial enfásis en posibles problemas. A partir de esa última fecha, el Consejo insistió a la auditora en que informara sobre las cuentas reformuladas, pero sin éxito, por lo que Ibáñez criticó ante el juez esa 'postura pasiva' de Deloitte.

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