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"Sólo nos iremos si nos echan"

Los trabajadores del Hospital del Henares cumplen 100 días encerrados en contra de la privatización que amenza a seis centros como el suyo. Aunque más de 20 hospitales se han sumado a la protesta en los últimos meses, el de Cos

ANNA FLOTATS

Como la mayoría de médicos, enfermeros y personal no-sanitario de los hospitales madrileños, Maite López -enfermera de diálisis en el Hospital del Henares- pasó el puente de Todos los Santos del año pasado mandándose mensajes de móvil con sus compañeros y dando vueltas a las declaraciones que el consejero Javier Fernández Lasquetty hizo el primer día de noviembre. Esas en las que anunció la intención de la Comunidad de Madrid de ahorrar 533 millones de euros en la sanidad pública.

El primer día después de esas tensas vacaciones, el lunes 5 de noviembre, los trabajadores del Hospital del Henares, en Coslada, celebraron una asamblea en la que los sindicatos les informaron del llamado Plan de Medidas de Garantía de la Sostenibilidad del Sistema Sanitario Público de la Comunidad de Madrid. 'Esa misma tarde, empezó nuestro encierro en el salón de actos', recuerda Maite, que no ha abandonado la lucha ni uno solo de los 100 días que dura la protesta. 

El del Henares fue el segundo hospital que decidió encerrarse, después del de La Princesa. Este centro de Coslada es uno de los seis hospitales semipúblicos que abrieron sus puertas a partir de 2003, durante el mandato de Esperanza Aguirre, y cuya gestión no sanitaria corre a cargo de empresas concesionarias. Uno de los seis hospitales de los que ahora el Gobierno regional quiere privatizar también su atención médica. 

'Ese cambio va a condicionar la asistencia porque se verá limitada nuestra capacidad de curar y cuidar', explica Marta Cano, enfermera de Urgencias y pieza clave en el encierro durante las mañanas. 'Nos dimos cuenta de que no sirve de nada darle vueltas a las cosas, hay que trabajar e informar a la gente de lo que está sucediendo', señala. Tras la primera noche encerrados, ese 5 de noviembre de 2012, los trabajadores convocaron un acto de protesta a las 14.00 horas en frente del hospital que fue multitudinario.

Tanto Maite como Marta destacan la implicación de los vecinos de Coslada, que les han apoyado desde el primer momento. 'Sin ellos, no hubiéramos llegado tan lejos', reconoce Maite, madre de tres hijos que 'ya se saben de memoria todas las canciones de la marea blanca', bromea. Esta enfermera cuenta que los sindicatos ya les advirtieron de que 'la cosa iría para largo', pero nunca se imaginó que cumplirían los 100 días de encierro. 'Estamos cansados porque llevamos muchos días. Yo trabajo por la mañana, como en el hospital y me encierro por la tarde, paso aquí casi 18 horas al día. Es duro pero no lo vamos a dejar', concluye Maite, que incluso en Nochebuena cenó en el hospital.

En el salón de actos del Henares se organizan movilizaciones, se hace difusión, se elaboran pancartas y se venden camisetas. En 100 días, la actividad no ha parado, pero el paso del tiempo pone a prueba el ánimo y la implicación de los trabajadores. 'Al principio llegamos a estar unas 20 personas por turno. Ahora somos un grupo de 50 empleados que, con una planilla, nos organizamos para cubrir cada franja horaria con cuatro o cinco personas', explica Marta. La aprobación del plan el pasado 20 de diciembre, que salió adelante sólo con los votos del PP, desmoralizó a algunos. Pero no a todos. 'Sabíamos que el proyecto se aprobaría, pero yo estoy a tope. Me encerré convencida de que esto se va a parar y en eso estamos', sentencia.

Desde ese 5 de noviembre, los trabajadores del Henares han participado en todas las mareas blancas, han abrazado su centro dos veces y han convocado decenas de protestas locales. Aunque son el único hospital que mantiene su encierro, tanto Marta como Inés tienen claro que se trata de 'la base del movimiento reivindicativo en la sanidad madrileño'. En los últimos meses, más de 20 hospitales se han encerrado en contra del plan del Gobierno regional. A su protesta se unieron también los centros de salud -27  de ellos amenazados con ser privatizados- y que en noviembre celebraron su primera noche blanca. Una movilización que repitieron el pasado 31 de enero. 'Estamos encerrados trabajando para salvar el hospital, éste es el mensaje', explica Marta, que añade que estar juntos en el salón de actos les facilita la comunicación y la organización de las movilizaciones.

Después de 100 días, los trabajadores no se plantean abandonar el encierro. Ni siquiera después de que Sanidad les obligara a retirar una exposición de fotos sobre la marea blanca que habían organizado. 'No vamos a dejar el encierro. Sólo nos iremos si nos echan', dice Maite. 'No vamos a abandonar, porque dejar de encerrarnos, para mí, es un abandono. O nos echan o no nos vamos', concluye Marta.

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