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Los valencianos lanzan una 'Intifalla' contra la corrupción de la antes intocable alcaldesa Rita Barberá

Las incesantes revelaciones sobre la implicación de la primera edil valenciana en escándalos como el del Valencia Summit del Instituto Nóos de Urdangarin, así como su cerrada defensa del expresidente Camps, han apagado su estre

JUAN ENRIQUE TUR

En las dos últimas décadas, el balcón del Ayuntamiento de Valencia ha sido feudo para el lucimiento y la aclamación popular de la alcaldesa, Rita Barberá, durante las 19 mascletàs diarias previas a la cremà de las Fallas. Sin embargo, el entorno de la primera edil anda estos días preocupado. El año pasado, en los días posteriores a la Primavera valenciana, las protestas se reprodujeron con mayor o menor intensidad bajo el balcón. Y aunque entonces la propia alcaldesa logró en parte sofocarlas -asegurando erróneamente que 'atacaban a las falleras'-, el descrédito de su figura y los escándalos entorno a su gestión que han florecido en los últimos doce meses, anticipan que no serán estas unas fallas tan cómodas como antaño para Rita Barberá.

Barberá y Camps mostraron gran entusiasmo por el bien poco rentable Valencia Summit del Instituto Nóos La última revelación la hizo la pasada semana el exsocio de Iñaki Urdangarín en el Instituto Nóos, Diego Torres, quien está imputado en el caso que investiga el presunto saqueo de las arcas públicas baleares y valencianas por parte de esta sociedad, y aseguró que tanto la alcaldesa de Valencia como el entonces presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, se reunieron con el Duque de Palma en Zarzuela. De la declaración de Torres ante el juez, lo más delicado, sin embargo, no parece que hablara de una reunión que Barberá y los suyos han negado, sino la predisposición de los dos líderes del PP a gastarse cantidades ingentes de dinero público.

'Nos interesa mucho, esto es buenísimo para la ciudad y para la comunidad, muy interesante', puso Torres en boca de Barberá y de Camps, reflejando un entusiasmo por el Valencia Summit que no se vería refrendado en rendimiento alguno para la ciudadanía. El entorno de Camps y el propio Urdangarín darían a posteriori otra versión, pero el relato de cómo empezó a gestarse este desembolso, sumado a otros eventos -grandes en gasto pero también de dudosa rentabilidad- encaja con la imagen en que ha virado la figura de Rita Barberá en los últimos tiempos.

'No cabe duda de que su misma actitud se ha ido deteriorando de cara a la ciudadanía en los últimos años', asegura el periodista Salvador Barber, que en 2009 publicó su biografía autorizada de la alcaldesa, Rita Barberá. La dama de rojo en la España de azul. Para Barber, el motivo principal han sido algunos 'errores de bulto' en sus últimas decisiones, con un papel destacado de su 'defensa a ultranza de Camps', que unida a su distanciamiento de su sucesor al frente de la Generalitat, Alberto Fabra, la ha 'debilitado en el seno del PP'.

De la misma opinión es Josep Sorribes, profesor de Economía Aplicada de la Universitat de Valencia, que publicó en 2007 la biografía Rita Barberá. El pensamiento vacío. 'La alcaldesa ha fundamentado su política básica en prometer a los valencianos ponerles en la vanguardia, en el mapa. Pero esa política de realidad virtual puedes hacerla si tienes dinero, y la situación actual no le acompaña', apunta Sorribes, que recuerda el hecho perjudicial de que 'al final Valencia está en el mapa, pero no por los motivos deseados sino por otros no muy presentables'.

Los sondeos vaticinan un vuelco electoral y un frente progresista en la Alcaldía valenciana

La pérdida del beneplácito de la ciudadanía se estaría viendo también reflejada en las encuestas y estudios electorales que manejan los diferentes partidos. Siempre con un sesgo interesado, llama la atención sin embargo que en esos sondeos no sólo se muestre una caída en la intención de voto del PP (Barberá cosecha cuatro mayorías absolutas consecutivas), sino un vuelco electoral que dejaría el gobierno municipal en las manos de un posible frente progresista.

Ante la tesitura de que Barberá desalojase el consistorio como accedió a él (el PP no fue la fuerza más votada, pero alcanzó la alcaldía pactando con la extinta Unió Valenciana), no faltan las voces que descartan que encabece la lista del PP en los próximos comicios, a pesar de que en octubre asegurase lo contrario. 'No sé hacer otra cosa que ser alcaldesa y me apasiona', dijo Barberá entonces. Sorribes, por ejemplo, es de los que no lo descarta. 'Ha acumulado un capital político enorme en dos décadas y eso no se diluye como un azucarillo. Sigue siendo la imagen de Valencia', señala.

¿Fue aquel órdago un espejismo? Tras un periodo de silencio sin precedentes, que se remontaba a finales del 2012, finalmente el pasado miércoles Rita Barberá volvió a responder a las preguntas de los medios sobre el caso Nóos -en la semana previa se negó a hacerlo, alegando que se respetara el duelo por su madre fallecida dos semanas antes-, aunque lo hizo sin negar ni confirmar si el encuentro en Zarzuela tuvo lugar. De ese modo, la alcaldesa recuperaba su posición justo en vísperas del inicio de las fiestas de Fallas, aunque el paso no parece suficiente para todos.

'Valencia es rehén de la situación en la que se encuentra la alcaldesa', considera el portavoz socialista en el Ayuntamiento, Joan Calabuig, para quien el regreso al primer plano de Barberá, en su delicada situación, no cambia el hecho de que la ciudad se encuentre 'sin voz para reclamar ante el Gobierno y la Generalitat las inversiones que necesita para reactivar la economía y el empleo, y paralizada para actuar ante los tribunales'. Por lo pronto, y ante la parálisis del gobierno municipal frente a la presunta estafa del Valencia Summit, el grupo municipal socialista ha anunciado su personación como acusación particular ante el juez de Palma, José Castro, en el caso Nóos.

Y no es éste el único escándalo ante el que el PP valenciano guarda silencio. El equipo de Barberá tampoco se muestra firme en el caso Emarsa, que investiga el saqueo de cerca de 20 millones de euros de dinero público a través de una depuradora, y en cuya instrucción la pasada semana una secretaria de la empresa aseguró haber llevado sendos bolsos de Loewe, cortesía de la depuradora, al despacho de la alcaldesa. Aproximadamente un año antes la edil, también acusada de recibir regalos de la trama Gürtel, había asegurado que 'un bolso de Louis Vuitton es un regalo habitual'.

De ese modo, además de con sobres -como animan algunos convocantes de las protestas- no sería de extrañar que en las próximas mascletàs los ciudadanos también aireasen bolsos a pie de balcón del Ayuntamiento en la oleada de protestas ciudadanas que se han convocado bajo el nombre de 'Intifalla'. Un símbolo que, mientras se baraja su posible imputación en el caso Nóos, está empezando a sustituir en el imaginario colectivo al traje rojo con que se dibujaba la figura de Rita Barberá. Antes de que ésta se empezara a ensuciar.

 

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