Hace casi siete meses que un inmigrante fallecía y otros siete desaparecían en aguas de Lanzarote cuando una patrullera de la Guardia Civil chocaba contra su patera. Fue durante la madrugada del 13 de diciembre de 2012, cuando apenas quedaba un kilómetro para llegar a la playa, la embarcación de la Benemérita, según las declaraciones de los inmigrantes, embestió con fuerza el medio en el que viajaban, partiéndolo por la mita.

En marzo, la juez que investigaba el incidente decidió culpar a los inmigrantes que viajaban en la barquilla pese a que se incluyó como prueba un vídeo que demostraba el choque entre las dos embarcaciones y desmontaba la versión oficial. 'El accidente se debió a la culpa exclusiva del patrón de la patera, quien realizó dos maniobras de giro a la derecha, además de soltar el timón, lo que provocó que la patera interceptara la trayectoria de la patrullera de la Guardia Civil, que nada pudo hacer para evitar la colisión', argumentaba el auto de la juez Ángela López-Yuste.

También el Gobierno salió en defensa de la dudosa actuación Guardia Civil, definiéndola como 'ejemplar' y tachando el accidente de 'fortuito'. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quiso quitar importancia a un asunto que empañó el nombre y el saber actuar de la Benemérita.

Sin embargo, parece que el Ejecutivo aún está preocupado por bruñir la imagen de la Guardia Civil. En lo que parece una campaña de lavado de cara del Cuerpo y de criminalización de los inmigrantes, la delegación del Gobierno en Melilla ha distribuido un vídeo en el que aparece una patrullera persiguiendo a una patera con unos 13 inmigrantes en actitud 'agresiva', en palabras de la Delegación. 

Según el Gobierno melillense, los inmigrantes que ocupaban la patera querían quemar la embarcación e incluso algunas de las mujeres amenazaron con arrojar por la borda a los niños que viajaban con ellos. Pese a estas declaraciones y al vídeo difundido, los hechos no han sido probados ya que el archivo es de dudosa calidad y poco puede vislumbrarse entre el eterno movimiento de la imagen por el balanceo de la embarcación. Además, más de la mitad de la grabación se centra en el suelo de la lancha de la Guardia Civil y poco pueden verse las supuestas amenazas y la violencia que declara el Ejecutivo melillense.

Los hechos ocurrieron el pasado 4 de julio en la playa de Los Cárabos de Melilla. El 29 de julio, el patrón de la patera y un inmigrante, ambos subsaharianos, eran detenidos por la Guardia Civil. Según los agentes del Grupo Especialista de Actividades Subacuáticas (GEAS), los integrantes de la barca amenazaron con lanzar a los menores que viajaban al agua. 

El patrón, de 24 años y procedente de Burkina Faso, ingresaba en prisión por un delito contra los ciudadanos extranjeros. El segundo detenido quedaba en libertad sin cargos por un delito de amenazas. Ambos, una vez tocar tierra la embarcación, se dieron a la fuga lo que impidió en ese momento ser interceptados.

Sólo las mujeres y los menores se quedaron en el lugar y pudieron ser atendidos por los agentes. Fue después cuando la Guardia Civil decidió abrir diligencias debido a la supuesta actitud de algunos de los inmigrantes, entre ellos el patrón que, 'hacía señas inequívocas' de lanzar a un menor al mar.