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"Sólo busca protagonismo", dice la exnovia del hombre atrincherado en un bar de Zaragoza

EFE

El hombre que permanece atrincherado desde las 23.00 horas de ayer en un bar de Zaragoza, armado pero sin rehenes, ha sido recientemente abandonado por su pareja después de que la prestara entre 30.000 y 40.000 euros para pagar el traspaso del citado local. Así lo ha explicado a los medios de comunicación en el lugar de los hechos una persona cercana al hombre atrincherado, de nombre Luis Pedro R.G. y de 62 años.

Al parecer, Luis Pedro prestó a esta mujer que era su novia, llamada Fátima y de nacionalidad guineana, el dinero necesario para hacerse con la gestión del bar, pero después ésta decidió romper la relación. Luis se encerró a las 23.00 horas de ayer, lunes, en el altillo del bar Maxi 2 de la calle La Salina de Zaragoza, y desde entonces un negociador intenta convencerlo para que abandone su encierro, según la Policía Nacional.

Según ha declarado su exnovia, después de hablar con el atrincherado -a distancia para no poner en riesgo su integridad-, éste sólo busca 'protagonismo' puesto que no lo cree 'capaz de disparar a nadie'.

También han hablado con él su hermana, una camarera del local y su hijo de 20 años, de momento sin éxito. Después de hablar con el hombre, la camarera ha explicado a los medios que el atrincherado está 'nervioso' y 'cabezón' y 'no quiere salir'. Según las declaraciones de algunos testigos, Luis retuvo en el bar a algunas personas, a las que dejó salir del bar poco después.

Hasta el lugar se ha desplazado un equipo de los GOE (Grupo de Operaciones Especiales, similares a los GEO), efectivos de la Policía Local y un ambulancia. La zona está acordonada y el acceso a la calle desde las dos vías adyacentes (Santa Lucía y Cereros) permanece cortado al tráfico y multitud de curiosos permanecen en las inmediaciones.

En un primer momento, según varios testimonios, se ha mostrado nervioso, pero poco a poco ha ido tranquilizándose, a pesar de lo cual, la Policía Nacional no baraja de momento la posibilidad de entrar en el local por la fuerza, puesto que en algún momento el hombre ha amenazado con suicidarse.

Luis no ha hecho ninguna petición especial a los negociadores que intentan que desista.

Además, en las inmediaciones del bar Maxi 2 se congregan numerosos curiosos y vecinos esperando el desenlace del suceso y poder acceder a sus casas con tranquilidad.

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