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Convierten la nueva Plaza Margaret Thatcher en la de" la Juventud Exiliada"

JAIRO VARGAS

Ni siquiera diez días ha durado el nombre de la plaza en honor a la primera ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher, inaugurada la pasada semana por la alcaldesa de Madrid, Ana Botella.

El martes, miembros del colectivo Juventud Sin Futuro (JSF)taparon la placa con el nombre de la política inglesa, referencia del neoliberalismo en Europa, por otra con un nombre que el colectivo considera más apropiado: 'Plaza de la Juventud Exiliada'.

Según explica en un comunicado este colectivo, que se ha caracterizado por denunciar y visibilizar la dramática situación de los jóvenes en España a consecuencia de la crisis económica y su gestión, quieren que 'Madrid rinda homenaje, en sus calles, a su gente: a la gente que está sufriendo el expolio y a la que lucha por recuperar el futuro y la democracia'.

Por eso, en lugar de homenajear a la primera ministra, la Dama de Hierro, tan admirada por el expresidenta de la Comunidad de Madrid y presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre, estos activistas ha preferido utilizar la polémica plaza para 'denunciar la situación del millón de jóvenes que han tenido que abandonar nuestro país debido a las políticas del gobierno que nos dejan como únicas alternativas el exilio, la precariedad y el paro', porque como llevan tiempo denunciando, 'No Nos Vamos, Nos Echan', lema que también da nombre a una de sus campañas contra las políticas neoliberales de los distintos gobiernos españoles que obligan a los jóvenes a buscar en el extranjero los puestos de trabajo y los salarios que nunca encontrarían en España.

Esta acción, explican, se enmarca dentro de su nueva campaña, 'Madrid no es ciudad para jóvenes', que denuncia que la capital de España 'está pensada por y para las élites económicas, no para los ciudadanos y ciudadanas', basándose en indicadores como el elevado precio del transporte público junto con su cada vez peor servicio, un precio de la vivienda que la convierte en inaccesible para jóvenes con salarios y empleos precarios o una tendencia privatizadora de los servicios públicos.

La alcaldesa de Madrid, Ana Botella, inaugura la plaza Margareth Thatcher en Madrid.- EFE

'No vamos a consentir que una alcaldesa a la que nadie ha votado, rodeada de un equipo de gobierno salpicado por la corrupción y marcado por el fracaso, impongan a las plazas de nuestra ciudad el nombre de verdugos del pueblo', asegura JSF en referencia a la figura de Margaret Thatcher, impulsora de políticas neoliberales en el Reino Unido que ahora el Gobierno madrileño está importando, junto con sus consecuencias sociales y económicas.

La Plaza fue inaugurada hace poco más de una semana por la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y tuvo el criticado honor de ser el primer espacio público que recuerda a la Dama de Hierro fuera del Reino Unido. Una primera ministra que dio nombre a la desregularización del sector financiero, a la flexibilización del mercado laboral, a la privatización de empresas públicas y a la reducción del poder de los sindicatos: el thatcherismo. Sin embargo, Botella prefirió destacar 'su compromiso con la libertad', algo que siempre se le ha reconocido a la ya difunta primera ministra que invadió las Islas Malvinas en Argentina, sobre todo su compromiso con la libertad de mercado.

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