La vidente Amparo Cuevas, de 77 años y que desde 1981 asegura que la virgen se le aparece en un prado de la localidad de El Escorial (Madrid), ha sido citada a declarar el próximo mes de junio ante un juzgado por un presunto delito de estafa, coacciones y detención ilegal, entre otros.

La asociación Víctimas de las Apariciones de El Escorial había denunciado a Cuevas, y a otros 10 miembros de la secta promovida por la vidente, por tener a numerosos adeptos aislados y con el cerebro lavado. El presidente de la asociación, Juan Carlos Bueno, ha alertado en numerosas ocasiones que la secta ha despojado de sus bienes a numerosas personas que se han hecho afines a la superchería fomentada por la vidente Cuevas.

Aprovecharse

La querella afirma que por medio de un fenómeno presuntamente religioso 'unas personas valiéndose de esta situación se aprovechan de otras para desposeerlas de todo su patrimonio', informa Efe.

'A través de un entramado de asociaciones y de mercantiles, estas personas canalizan estas donaciones apropiándose de ellas y destinándolas a un uso particular ajeno al fin por el que los fieles donaban sus propiedades', continuan los querellantes. Éstos adjuntan una relación del patrimonio de inmuebles y residencias que la vidente, a través de sus fundaciones, ha ido acumulando durante todos estos años de presunta estafa.

Además, los familiares de las víctimas tienen otro argumento: un informe de la inspección de Trabajo de Madrid que denuncia que en las residencias de la llamada Fundación Benéfica Virgen de los Dolores en Madrid trabajan 25 cuidadoras que ni están dadas de alta en la Seguridad Social ni cobran salario. Las mujeres llevan hábitos de monja sin serlo.