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Pasaporte a la memoria

Unos 10.000 argentinos inician los trámites para lograr la ciudadanía español

FEDERICO PEÑA

Una reparación histórica. Un derecho reconocido. Un as bajo la manga frente a las crisis cíclicas argentinas. La esperanza se pinta en un fresco donde unas cien personas, documentos y papeles bajo el brazo, aguardan ordenadamente en fila, bajo un intenso calor, su turno para comenzar a tramitar la nacionalidad española frente al Consulado español en Buenos Aires.

Es 29 de diciembre y se cumple un año desde que se promulgó la ley 52/2007 de la Memoria Histórica. Miles de hijos y nietos de españoles pueden correr detrás del sueño de volver a la tierra de sus ancestros.

'Es importante que reconozcan el exilio de mis padres después de tanto tiempo. Con esta medida el Gobierno (de José Luis Rodríguez Zapatero) nos está ayudando a cicatrizar heridas abiertas', confiesa Dolores Campos. Hija de inmigrantes gallegos que huyeron del franquismo destaca el efecto 'reparador' de la ley de la Memoria histórica que le permite ahora tramitar su ciudadanía española. 'Es reparador lo que ha hecho este Gobierno por nosotros porque veníamos arrastrando durante décadas la visión de los ganadores de la Guerra Civil', bendice.

Su sabor, sin embargo, es agridulce. Si ella vino al Consulado para recuperar un trozo de su historia y sus raíces ibéricas, su hijo, Martín, tiene otras motivaciones. A sus 22 años, este estudiante de arquitectura de la Universidad de Buenos Aires espera acabar su carrera para emigrar con su escepticismo a la tierra de sus abuelos. 'No importa que España esté en crisis. Acá siempre estamos en crisis', ladra. 'A mí me duele que Tin piense en abandonar su país. Porque si España y Argentina son mis orígenes, claramente, su lugar es acá', afirma Dolores.

Las colas frente al Consulado español llevan el recuerdo de la emigración masiva de 2002. Pero es un falso dejà vu. Ahora todo se mueve de forma ordenada y el pánico colectivo no se palpa en el aire. Nada que ver con las tumultuosas colas de 2002, cuando la crisis socioeconómica escupía a los argentinos al exterior en un sálvese quien pueda al mejor estilo Titanic.

Argentina era entonces un país sumido en una profunda crisis política y económica. Cientos de miles de argentinos se agolparon en la sede consular buscando escapar de una pesadilla más que persiguiendo un sueño. Fuentes diplomáticas españolas calculan que hay unos 260.000 ciudadanos argentinos sin nacionalidad española en la península ibérica. Casi la misma cifra de españoles originarios en Argentina. La desconfianza en el país y en sus dirigentes se desnudó ante la emigración masiva de 2002.

Pero si entonces la pobreza superaba el 50%, actualmente se ha reducido a una tercera parte. El desempleo ha bajado a un dígito. 'Claramente, no estamos frente a la situación de 2002. Ni Argentina vive la crisis socioeconómica de entonces, ni nosotros estamos desbordados por la avalancha de personas que vinieron al Consulado', explica Leonardo Marcos, Consejero de Información de la Embajada de España.

No existen cifras oficiales sobre los argentinos que puedan beneficiarse de la ley de la Memoria Histórica. En base a estudios privados, el diario La Nación habla de unos 300 mil beneficiarios y Clarín de 600 mil. El único dato contrastable es que el Consulado español ya tiene cerca de 9.800 solicitudes que se han repartido desde octubre. Los turnos se otorgan únicamente por Internet (www.mae.es). Los que pidan turno ahora lo tendrán para mediados de abril.

El plazo para comenzar el trámite para optar a la nacionalidad española estará abierto hasta el 28 de diciembre de 2010, con la posibilidad de prorrogarlo por otro año. Están habilitados todos los hijos y nietos de españoles, sin límite de edad. Según la ley de la Memoria Histórica, también pueden optar al pasaporte español aquellos nietos o hijos de quienes perdieron o tuvieron que renunciar a la nacionalidad española como consecuencia del exilio entre el 18 de julio de 1936 y el 31 de diciembre de 1955.

A diferencia de 2002, cuando el efecto llamada cogió a todos por sorpresa, el Consulado español en Buenos Aires ha tenido un año para prepararse y ha más que duplicado la capacidad de atención de 110 a 250 personas por día. 'Es un compromiso del Gobierno que hemos honrado', dice Marcos.

'Dicen que me fui, pero ¿cómo?, si siempre estoy volviendo'. La frase del célebre bandoneonista Aníbal Troilo, un tango en sí misma, sirve para ilustrar la ruta transatlántica que argentinos y españoles siguen andando y desandando década tras década. Como un tango interminable, ahora, con aroma reparador.

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