Coincidiendo con el primer aniversario del hundimiento del Costa Concordia que causó la muerte de 25 personas, Manuel García Martos, presidente de la Asociación de Afectados Españoles  por el 'Costa Condordia', ha declarado que la tragedia aún se mantiene viva así como la demanda de que se haga justicia.

García Martos ha expresado su confianza en  la Justicia española ante la proximidad del juicio que se celebrará el próximo 30 de enero contra la naviera italiana Costa Cruceros, a raíz de las reclamaciones planteadas por la Asociación de Afectados Españoles de aquel suceso.'Pedimos justicia y que se nos indemnice por las secuelas que tenemos con una cuantía razonable y no como si fuéramos un número dentro de un barco de transportes, como pretende la compañía', ha resaltado.

Martos, que todavía sigue medicándose para superar la pesadilla que vivió dentro del Costa Concordia ha declarado que en algunos momentos todavía le vienen imágenes de lo sucedido a la cabeza.'Los recuerdos siguen vigentes', ha insistido, y ha recordado como después del golpe con un escollo, sabían que 'el buque se iba a pique', mientras les pedían que estuvieran tranquilos porque había 'un fallo eléctrico'.

El presidente de la asociación de afectador por la tragedia ha asegurado que pasó 'mucho tiempo' desde que se produjo el impacto, sobre las 21.30, hasta que llegaron a tierra a medianoche. Todo empezó mientras estaba cenando con su mujer y su hijo 'cayeron copas y luego toda la vajilla', por lo que decidieron ir a su camarote para buscar los chalecos salvavidas guiados por la intuición de que 'aquello no era lo normal'.

Martos recalcó también que el personal del barco no tardó 'ni diez minutos' en explicar el protocolo de emergencia, por lo que 'no sabían por donde tirar' cuando descubrieron que en Costa Concordia pasaba algo grave.

Por su parte, la abogada de la asociación, Antonia Barba, ha manifestado a Efe que en su última oferta Costa Cruceros ha cifrado las indemnizaciones 'de forma arbitraria' entre 20.000 y 30.000 euros, dependiendo del caso (20.000 para los que no tienen informes médicos y 30.000 para los casos de gravedad extrema).

Un año después de la tragedia, todavía hay un grupo de personas que tienen secuelas psicológicas graves: no pueden subir a un avión ni montar en barcos.

Barba ha afirmado que si la compañía hace una oferta que atienda a las peticiones de forma individualizada, la asociación de afectados bajará sus pretensiones.