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Artur Mas ya se ve en un Govern presidencialista y más reducido

Las consellerias pasarían de 14 a 11. Seis irían a CDC, tres a Unió y dos a independientes

FERRAN CASAS

Artur Mas y CiU ya se ven en el Govern tras las elecciones del 28 de noviembre. La disolución del Tripartito decretada por el PSC y ERC y los sondeos les avalan. Y en lo primero que piensan es en medidas drásticas de reducción de gasto. Al menos, de cara a la galería. La primera será una rebaja del número de consellerias y altos cargos, cuyo crecimiento el Tripartito prometió contener y que, según los nacionalistas, se ha disparado. Para CiU, un Govern a tres y el afán derrochador han conllevado un aumento del armazón administrativo que se ha traducido en 14 consellerias, además de la propia Presidencia.

Mas comprometió entre sus ajustes, 'que serán muy duros', reducir un 25% la estructura de la Generalitat, que cobija a 240.000 trabajadores, y bajar un 10% el sueldo del president y los consellers. Incluso en CiU admiten que será 'muy difícil' ejecutar recortes que superen lo cosmético sin afectar a los servicios sociales.

El líder de CiU piensa en un Ejecutivo sin grandes nombres

Otra cosa son las consellerias. Habrá 11 o incluso diez. Siempre en el escenario de un Gobierno en solitario, desaparecerá Vicepresidència y Agricultura se podría fusionar con Medi Ambient, e Interior con Justícia. En el área social, podría desaparecer otra conselleria si finalmente Mas creara un departamento de Presidència como el que tuvo Pujol hasta que alumbró el cargo de conseller en cap cuando le nombró a él sucesor en 2000. Tampoco descarta crear una de Exteriors u otra para la innovación y las universidades.

Diversas fuentes dan por hecho que CDC tendrá seis departamentos (dos para mujeres) y Unió tres. Otros dos -uno el de Indústria serán para independientes-, que han brillado por su ausencia en la lista de CiU (con la excepción de Cristina Iniesta, procedente del sector de la sanidad) pese a la apuesta de 2007 por la Casa Gran del catalanismo.

CDC confía en que Mas le reserve los departamentos con más inversión

Otra cosa es el perfil de un Govern, que Mas bautizó como 'el de los mejores'. Su entorno asegura que no quiere que los ex consellers de Pujol tengan en su Ejecutivo el protagonismo que han tenido en la oposición. Ello obliga a acomodar figuras como Felip Puig y a que Unió lo haga con Ramon Espadaler o Josep Maria Pelegrí. No será un Govern de perfil 'alto'. Será tan presidencialista como su campaña.

El caso paradigmático es la Conselleria de Economia. Mas verbalizó la intención de situar en ella a un tótem del mundo económico. Sonó con fuerza el presidente de Abertis y del Círculo de Economía, Salvador Alemany, como en 2001 lo había hecho el presidente de Fibanc, Carlos Tusquets. Ahora, voces de CDC se escudan en que, con la crisis como prioridad y el concierto como gran promesa, 'el verdadero conseller de Economia' será Mas y por eso emergen nombres de menos perfil, como el ex diputado de CiU en Madrid y ex director de la Agencia Tributaria en Catalunya Heribert Padrol.

CDC quiere para sí las consellerias más inversoras y políticas. Interior, Sanitat, Educació y Obres Públiques parecen irrenunciables y Francesc Homs, Lluís Recoder o Oriol Pujol ya se ven consellers. Si los descarta, Mas, que en la oposición se ha guiado por el ánimo de contentar a todos, dará los primeros disgustos.

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