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Asesinatos por encargo S.A.

La Policía constata un aumento de los crímenes cometidos por sicarios pese a reducirse los homicidios un 9%

ÓSCAR LÓPEZ-FONSECA

Me coloqué detrás de él y, al girar la esquina, le disparé un tiro en la cabeza. Esa misma tarde cobré 9.000 euros en un sobre blanco, en billetes de 50'. Estas palabras parecen parte del diálogo de una película mediocre de mafiosos. Sin embargo, fueron pronunciadas por una persona real, Jorge Andrés Madrid, un colombiano de 23 años al que los Mossos d'Esquadra detuvieron el pasado mes de junio como presunto autor material del asesinato, el 9 de febrero anterior, de Félix Martínez Touriño, un ejecutivo catalán al que ni siquiera conocía. El joven colombiano era un presunto sicario, un asesino a sueldo, una figura delictiva en auge, según reconocen a Público agentes de la Policía y la Guardia Civil que han tenido que investigar durante 2009 más crímenes por encargo que nunca.

Encargar un asesinato a un sicario rara vez cuesta en España más de 18.000 euros

Paradójicamente, las estadísticas del Ministerio del Interior revelan un descenso significativo del número de homicidios y asesinatos en el último año. Hasta el 30 de septiembre, últimos datos disponibles, se habían registrado 720 crímenes consumados o en grado de tentativa, un 9,1% menos que en el mismo periodo del año anterior. De ellos, 248 acabaron con la muerte de la víctima. ¿Cuántos fueron por encargo? Las estadísticas del departamento de Alfredo Pérez Rubalcaba no recogen ese detalle, pero los agentes de los grupos de homicidios insisten que 'más que nunca'.

De hecho, el primer gran crimen del año fue uno de estos asesinato a la carta: el del narco colombiano Leónidas Vargas, a quien un sicario disparó el 8 de enero cuando se encontraba ingresado en un hospital de Madrid. Aquel crimen terminó con la detención, nueve meses después, del presunto autor material que resultó ser un camarero colombiano con los papeles en regla y la de los integrantes de la banda que lo contrató para que apretara el gatillo. Sin embargo, la investigación policial no consiguió llegar a quien encargó la muerte desde Colombia y pagó un millón de euros por la muerte del narco. Una cantidad de dinero que se repartieron entre los diversos intermediarios y de la que, al final, sólo llegaron unos pocos miles de euros al sicario.

De hecho, todos los policías consultados insisten una y otra vez que el precio de un asesinato por encargo en España rara vez supera los 18.000 euros. La mayoría de la veces no llega ni a la mitad de esa cantidad, como en el caso del asesino del ejecutivo de Barcelona. Por eso, califican de 'peliculera' la imagen del sicario implecablemente trajeado, frío y solitario que viaja de un lugar a otro del planeta junto a un maletín donde oculta sofisticadas armas para cumplir encargos por los que cobra millonarias cifras. De hecho, el sicario suele ser uno de los últimos escalones de la trama del narcotráfico.

La policía sitúa la llegada de esta figura delictiva en 1997, con el boom de la inmigración

'Desde luego, ya no viajan. Hace tiempo que están asentados en España'. Quien habla así es un responsable de la Brigada Central de Delincuencia Organizada, que sitúa el desembarco de esta figura delictivo en España en una fecha concreta: 1997. 'Coincidió con el boom de la inmigración. Junto a la gente que venía a trabajar se colaron tramas delictivas muy organizadas que se establecieron de manera permanente para controlar in situ la entrada de cocaína en la península rumbo a Europa. Con ellas aterrizaron modalidades delictivas poco habituales hasta entonces aquí, como los secuestros exprés y los crímenes por encargo', añade.

Desde entonces, los encargados de cometerlos son los miembros de las llamadas oficinas de cobro, eufemístico nombre con el que se denomina a las organizaciones que los cárteles contratan para aplicar el código no escrito del narcotráfico: o pagas la mercancía o te matan. Por ello, muchos de los sicarios son colombianos. Lo era el presunto asesino de Leónidas. También el que supuestamente apretó el gatillo para acabar con la vida de Martínez Touriño. Y el que se emboscó el 25 de abril en Pamplona para matar a una esteticista que había denunciado al dueño de un club de alterne...

Sin embargo, delincuentes de otras nacionalidades han entrado en el negocio de la muerte por encargo. Así, la Guardia Civil detuvo recientemente a dos ciudadanos checos, porteros de discoteca de profesión, como presuntos autores de la muerte a tiros en 2007 del alcalde de Polop de la Marina (Alicante). Y españoles eran los integrantes de la banda desarticulada el pasado mes de noviembre en Catalunya por la Guardia Civil en la Operación Romeo, acusada de matar a un empresario por encargo de otro al que debía dinero.

Delincuentes españoles se han apuntado ya a un negocio importado por colombianos

Según las investigaciones, estos sicarios cobraron sólo unos pocos miles de euros por el crimen, pero obtuvieron cerca de 700.000 de un tercer industrial, que presenció el crimen y al que amenazaron durante meses con acusarle del crimen tras obligarle a poner sus huellas en la pistola usada en el asesinato. Al final, el extorsionado denunció y se pudo detener a los seis integrantes de la banda. Una banda cuyo jefe llevaba tatuado en la espalda toda una declaración de principios para un sicario: 'Mejor ser temido que querido'.

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