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Una Barcelona blindada recibe a Benedicto XVI

Cientos de fieles llenan la Plaza de la Catedral para dar la bienvenida al Papa

JORDI MUMBRÚ

El Papa llegó ayer a una Barcelona que se divide entre los fieles que le esperan con fervor; los grupos, tanto cristianos como laicos, críticos con la visita, y una mayoría que vivirá hoy una jornada como la de cualquier domingo.

El Papa llegó al aeropuerto de Barcelona a las 21 horas y tras atender a las autoridades que le esperaban, encabezadas por el president de la Generalitat, José Montilla, y el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, se trasladó al Arzobispado donde se alojó.

Antes de las 22 horas el pontífice llegó a la plaza de la Catedral, donde había varios centenares de fieles. Algunos de ellos estaban allí desde las cinco de la tarde. El vehículo papal entró directamente en el edificio del Arzobispado de Barcelona, pero finalmente, para no decepcionar a sus fieles, el Papa, en compañía del cardenal Martínez Sistach, salió al balcón para bendecir a los presentes.

Entonces se desató el entusiasmo. El lema más coreado fue 'Yo sí te espero', en respuesta a la campaña crítica con la visita. 'Sí, sí, el Papa ya está aquí' clamaron los jóvenes al ver al Papa. Entre los fieles se encontraba un grupo de adolescentes del Club Juvenil Mizar, del Opus Dei. Llegaron hasta 350 jóvenes en varios autocares desde Madrid para ver a un Papa que encarna 'mucha piedad y una gran profundidad ideológica', según explicó a Público Ricardo Vela, miembro del grupo.

A medida que avanzaba la tarde aumentaba el número de fieles ante la Catedral. Había familias y algunas monjas, pero por encima de todo alumnos de escuelas católicas. Los más jóvenes lanzaban sus cánticos, como Yo soy adicto al Papa Benedicto.

En cuanto a la ciudad, Barcelona era anoche una ciudad blindada por la Policía, ya que las autoridades quieren evitar cualquier incidente. Ayer una protesta protagonizada por medio centenar de sindicalistas de la CGT movilizó a un número muy superior de agentes. Para hoy están convocadas varias protestas, mientras se espera que unas 400.000 personas vean el paso del Papa por la ciudad. El momento culminante será la dedicación del templo de la Sagrada Familia, obra de Gaudí, que será seguido en directo por televisión desde numerosos países.

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