En 2004 Uxue Barkos se abstuvo en la investidura de Zapatero y ayer, en la primera vuelta, también. Nafarroa Bai no se deja seducir por un presidente que nunca pierde la oportunidad de mostrar su cariño a la diputada. “Usted ha demostrado rigor, coherencia, seriedad y predisposición favorable hacia el PSOE”. Zapatero no quiere perder ese soplo de diálogo, “más allá de las discrepancias puntuales”.

El mismo sentido del voto que hace cuatro años oculta, sin embargo, el desencantamiento que ha sufrido NaBai. Sobre todo después de tocar el cielo del Gobierno foral y despertar con la oposición de los socialistas.

“Me siento defraudada por la falta de riesgo asumido en este arranque de legislatura. Entre el candidato de la retirada de Irak y el que apuesta por la segunda vuelta hay un abismo: el de la falta de pasión política y el cinco raspado. O quizá el del bipartidismo calculado”. El poco arrojo brilló nítidamente, para Barkos, cuando el PSN se arredró y no quiso desbancar a UPN de Navarra, una decisión que recayó, “exclusivamente” en Zapatero. El presidente lo reconoció sin ambages. Entonces, “la distancia que separaba a NaBai del PSN no favorecía una mayoría distinta”. Pero el PSOE, puntualizó, “no es socia” de los conservadores navarros. Sólo existe un “compromiso de responsabilidad”. Barkos aseguró que, en cualquier caso, “NaBai nunca negociará Navarra fuera del ámbito de decisión de los navarros”.

Entró también el terrorismo. No sirven, según la diputada, las medidas de PP y PSOE (dispersión de presos, Ley de Partidos o el pacto antiterrorista). Valen las urnas, como hizo NaBai en 2007. Ayudará a Zapatero a buscar la paz, pero sin subirse 'al carro del bipartidismo'.