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Batasuna excluye de la autocrítica su pasado de apoyo a la violencia

'La causa de esa violencia es el conflicto que vive Euskal Herria', declara Miren Zabaleta, acusada de integrar Bateragune

PEDRO ÁGUEDA

Los líderes presentes y futuros de la izquierda abertzale invirtieron el lunes ocho horas en explicar que la estrategia de la violencia de ETA ya no es la suya. Lo hicieron con el beneplácito del tribunal que los juzga en la Audiencia Nacional por intentar reconstruir la dirección de la ilegalizada Batasuna a través de un órgano llamado Bateragune. Pero ayer, cuando la jueza Ángela Murillo les interrogó por la violencia que ha practicado ETA en el pasado, se empeñaron en contextualizarla y atribuirla a la existencia de 'un conflicto político'.

No hubo lugar para una pregunta acerca de si los encausados condenan la violencia de ETA, una vez que han declarado que ahora se oponen a ella. La presidenta del tribunal ya formuló esa cuestión a Arnaldo Otegi en otro juicio y fue sancionada por el Supremo, que consideró que había prejuzgado su inocencia. 'Ya sabía yo que no iba a responder', dijo entonces Murillo al esquivar Otegi la pregunta.

La jueza Murillo: 'Un tiro en la nuca a un inocente, ¿es violencia política?'

La jueza se contuvo durante toda la primera jornada del juicio por el caso Bateragune, pero ayer, con el interrogatorio a Miren Zabaleta, el último de los procesados, solicitó una aclaración. La magistrada interrogó a la hija del líder de Aralar sobre la expresión 'violencia política'. '¿Un tiro en la nuca a seres inocentes es violencia política?', le preguntó. 'La violencia ha sido utilizada en un contexto político...', comenzó a responder Zabaleta, que fue interrumpida por la jueza para insistir en su pregunta: '¿Qué es la violencia política?, ¿un tiro en la nuca lo es?, ¿un atentado?'.

La acusada prefirió rectificar: 'Puedo llamarle violencia también sin ponerle ningún adjetivo calificativo, o sea las causas de esa violencia son el conflicto que vive Euskal Herria, pero si quiere no hace falta ni que le pongamos adjetivos'. 'Se los ha puesto usted, no yo', replicó Murillo. 'La izquierda abertzale apuesta por vías exclusivamente pacíficas y democráticas (...) me da igual el calificativo que se le pueda poner a esa violencia.

El capítulo de la autocrítica lo protagonizó ayer Rufi Etxeberria, otro de los máximos colaboradores de Arnaldo Otegi. En calidad de testigo, Etxeberria declaró que la reflexión que condujo al nuevo proceso sin violencia parte de la 'deriva' en la que se encontraba la izquierda abertzale tras la ruptura del último proceso de diálogo con el Gobierno. 'Aquel proceso, con el atentado (de la T-4), quedó tremendamente debilitado. Teníamos una izquierda abertzale inmadura para recorrer el camino de cierre definitivo del conflicto político', aseguró.

La magistrada ya tuvo una sanción por preguntar a Otegi si condenaba a ETA

Etxeberria tomó el relevo de Arnaldo Otegi en ese 'camino' porque el exportavoz de Batasuna se lo pidió cuando fue encarcelado, en mayo de 2009. Etxeberria fue detenido en la operación, pero el juez Baltasar Garzón lo dejó libre con el argumento de que acababa de salir de la cárcel y no pudo intervenir en el supuesto proyecto de ETA. El fiscal insistió en preguntarle si los detenidos hacían las veces de la Mesa Nacional de Batasuna en el pasado, pero Etxeberria abundó en las declaraciones realizadas por los acusados: 'No es un grupo que pertenezca a una estructura políticaestablecida'.

El rifirafe entre la jueza Murillo y Zabaleta se había producido poco antes. Como el resto de acusados, la joven se enfrenta a diez años de prisión por integración en organización terrorista. A preguntas de su defensa, explicó que Otegi se puso en contacto con ella en 2008 a través de otra encausada, Sonia Jacinto, por su relevante actividad política. Otegi le explicó su proyecto de grupo 'intergeneracional' para promover la idea de que la estrategia 'político-militar' había fallado y que había que reconvertirla en otra pacífica. 'Un diagnóstico con el que yo estaba totalmente de acuerdo', dijo.

Etxeberria niega que los acusados suplieran a la cúpula de Batasuna

El Ministerio Fiscal no cree esta versión. Zabaleta tenía en su domicilio de Pamplona varios documentos, entre ellos uno llamado Komunikazio Orokorra 0906 (Líneas generales de comunicación), que ETA envió a 'BTGNri', la que denominaba 'Comisión de Coordinación de la izquierda abertzale'. En el documento, ETA abroncaba a Batasuna por haber apostado en las elecciones europeas por Iniciativa Internacionalista, en lugar de EA.

Esta discrepancia entre el 'grupo de Otegi' y lo que propugnaba la organización terrorista fundamenta la estrategia de la defensa en el caso Bateragune. ¿Cómo van a formar los acusados un comité a las órdenes de ETA si lo que hacían iba en la dirección contraria a la línea de la banda?, se viene a preguntar esta tesis.

Una amiga de Zabaleta intentó sacar de su casa un documento de ETA

El discurso de Zabaleta coincidió punto por punto con el de Otegi, del que llegó a decir ayer que 'hizo la luz' al proponer el final de la violencia en el seno de la izquierda abertzale. 'Lo más innovador era que por primera vez lo que tenía que cambiar no era tanto la actitud del Estado sino que había que empezar por cambiar la izquierda abertzale y dejar a un lado la violencia política. Muchos compartíamos esa lectura, pero hasta ese momento no lo había escuchado en voz alta', explicó la joven.

La acusación, sin embargo, desconfía de que Zabaleta llegara hasta las tesis de Otegi partiendo de una posición independiente. De hecho, la Policía cree que era la delegada de ETA en Bateragune y que, con el tiempo, se puso del lado del exportavoz de Batasuna. El 16 de diciembre de 2010, la Guardia Civil detuvo a diez personas por integrar presuntamente H-Alboka, la estructura integrada por abogados con la que ETA impartía doctrina en las cárceles y vigilaba que nadie se apartara de sus directrices. En el despacho de uno de esos abogados, Jon Enparantza,los agentes encontraron una nota oculta tras un secador de manos que iba diridida a alguien apodado Argi: 'No sabemos si has enviado el informe de tu detención (...) hemos podido leer en algunos medios de comunicación que en el registro de tu casa, el enemigo ha encontrado una copia impresa en papel de Comunicación General 0906. Te queremos preguntar si es correcto y, de ser correcto, cómo es posible que tuvieras impreso un escrito de ese tipo en tu casa. Comprenderás la gravedad de esto. A decir verdad, nos sorprende no haber recibido ninguna explicación al respecto', firmaba Erakunde (la organización).

La Policía cree que la joven es Argi', reprendida por la banda en una nota

Fechado en enero de 2010, a poco de que finalizara el debate entre las bases de Batasuna, la organización terrorista lanzaba duros reproches al destinatario de ese documentos, que la Policía identifica con Miren Zabaleta. Si se atiende a otro de los párrafos del texto, ETA podría haber empezado a detectar el cambio en sus convicciones. 'Por otra parte, hemos sabido que has informado a algunos militantes acerca de la situación de la izquierda abertzale y de la crisis vivida en la organización, junto con algunas opiniones tuyas sobre esta. Queremos saber si esto es así y en qué términos, en función de qué y por qué se ha producido la transmisión', añade la nota.

Ayer, Zabaleta dijo que ella no es Argi, que nunca ha pertenecido a ETA ni ha mantenido contacto con nadie de la banda terrorista. Ese documento fue interceptado por la Policía cuando su amiga Ainhara Oiz lo sacaba en una mochila de casa de Zabaleta, el día de la detención. Oiz declaró que había acudido al domicilio de su amiga al enterarse de los arrestos. Allí, la compañera de piso de Zabaleta le abrió la puerta. Nerviosa, Oiz entró en su cuarto y metió en la mochila todos los papeles que encontró encima del escritorio, según ella, porque eran cartas personales que la Policía se podía llevar y que tenían un gran valor sentimental para Zabaleta. Ainhara Oiz declaró que no sabía nada acerca de la existencia del documento interno de ETA entre aquellos papeles y que fue ella quién confesó a la Policía de dónde venía y qué había hecho cuando se cruzó con los agentes. 

La magistrada Ángela Murillo no se esconde detrás de un rostro inexpresivo, como otros colegas suyos. Se dirige con amabilidad a los testigos y les sonríe, pero a veces su vehemencia le juega una mala pasada. Otegi le preguntó una vez si podía beber agua -fue en el mismo juicio por el que fue sancionada- y ella le espetó: 'Por mi, como si bebe vino'. Ayer, Rufi Etxeberria saludó efusivamente a los acusados antes de ocupar su silla de testigo. El abrazo más prolongado fue para Arnaldo Otegi. Cuando la jueza Murillo le preguntó si le conocía, ella misma se contestó: 'Le conoce y le quiere una barbaridad, por lo que he visto'. Rufi Etxeberria confesó que quería que todos los encausados resultaran absueltos. 'Entonces, usted de imparcial tiene poco', replicó la jueza.  

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