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Biblioteca Adolfo Suárez

BEGOÑA PIÑA

'El presidente Suárez se levanta de su escaño y sale en busca de su vicepresidente; el teniente coronel está en mitad de la escalera de la tribuna de oradores, sin decidirse a bajarla del todo, contemplando la escena. Entonces suena el primer disparo; luego suena el segundo disparo y el presidente Suárez agarra del brazo al general Gutiérrez Mellado, impávido frente a un guardia civil que le ordena con gestos y gritos que se tire al suelo; luego suena el tercer disparo y, sin dejar de desafiar al guardia civil con la mirada, el general Gutiérrez Mellado aparta con violencia el brazo de su presidente; luego se desata el tiroteo'. Así aparece Adolfo Suárez en las primeras páginas del libro Anatomía de un instante (Mondadori, 2009), de Javier Cercas.

La obra es un retrato histórico que, aunque disfrazado con cierto aire de novela, recupera la memoria del fracasado golpe de Estado del 23-F de 1981 y muy especialmente de la obsesión por acabar con Suárez que contaminaba entonces toda la política española. El título se refiere al momento que recogieron las cámaras de televisión, en el que todos pudieron ver cómo el presidente del Gobierno Adolfo Suárez, el vicepresidente Gutiérrez Mellado y Santiago Carrillo fueron las tres únicas personas que se mantuvieron erguidas en sus asientos durante el tiroteo dentro del Congreso.

Cercas aludía en aquellas páginas a Hans Magnus Enzensberger y al ensayo en que aquel celebraba el nacimiento de 'los héroes de la retirada', entre los que se encontraba Suárez, 'que había desmontado el franquismo'. Entonces el escritor se preguntaba si realmente Adolfo Suárez era un héroe, '¿un héroe moral, y no sólo político?'.

A la vista de la extensa nómina de libros que se han dedicado a la figura del ex presidente del Gobierno habría que concluir que sí, que Suárez fue un héroe, al menos para el 99 por 100 de los cronistas que han escrito sobre él. El 1 por 100 restante no se sitúa en el lado contrario, simplemente, es menos entusiasta.

Periodistas veteranos que vivieron los años de la Transición y los días de Suárez presidente han firmado en los últimos años libros dedicados a él. Obras de homenaje, como Adolfo Suárez. Recuerdos prestados (Laberinto, 2011), de Carmen Laviña y Antonio Suárez, donde la intención de reconocimiento es evidente. El objetivo aquí era aproximarse un poco más a la persona que al político, aunque hay en estas páginas reflejo de acontecimientos importantes. Así, en este texto se narran hechos ocurridos en los años 1982 y 1983, relacionados con la campaña electoral, otros que tienen que ver con la creación del CDS y con el golpe del 23-F. Junto a ello, también se encuentra el relato de la estrecha relación que mantuvo siempre Suárez con el Rey o su idea de la muerte.

Adolfo Suárez. El presidente inesperado de la Transición (RBA, 2012), de Manuel Campo Vidal, y Puedo prometer y prometo. Mis años con Adolfo Suárez (Plaza & Janés, 2013), de Fernando Ónega, son otros dos de estos títulos recientes. En el primero, el autor relata en este libro la vida de Adolfo Suárez a través, fundamentalmente,  del testimonio de treinta personas, entre las que se encontraban nombres esenciales en el desarrollo de ese periodo de la política española. Carrillo, Felipe González, Rodolfo Martín Villa, José María Aznar, Alfonso Guerra... comparten recuerdos de sus experiencias con el ex presidente y reflexiones acerca de su papel en la historia reciente del país.

Por su parte, Fernando Ónega, firmó el año pasado su propia biografía de Suárez, un texto escrito alrededor de una idea: la de la leyenda de Adolfo Suárez. En estas páginas, el autor recogía no solo la trayectoria política del personaje, sino también la personal y sentimental, y lo hacía, como en el caso anterior, aprovechando el testimonio de algunos testigos de excepción, como el propio Rey Juan Carlos.

Los reconocimientos y homenajes en forma de libro han aparecido también con títulos como Adolfo Suárez. La memoria del silencio (Cantabria Tradicional, 2012), de José Ramón Sáiz; Adolfo Suárez. Una tragedia griega (La Esfera de los Libros, 2005), de José García Abad, donde el autor abre estas páginas con una dedicatoria de agradecimiento a Suárez, o Adolfo Suárez. España 1976-1977: el año milagroso (Martínez Roca, 2006), escrito por el amigo del ex presidente Javier González.

Luis Herrero, en opinión de algunos, se ponía casi empalagoso en Los que le llamábamos Adolfo (La Esfera de los Libros, 2007). Y Pilar Urbano se sumaba hace poquísimo al carro de la moda Suárez con La gran desmemoria (Planeta, 2014).

'Algunos de los que ahora rinden homenaje a Suárez antes fueron sus críticos más duros', dijo hace unos años Carlos Abella aprovechando la presentación de su libro Adolfo Suárez. El hombre clave de la Transición (Espasa-Calpe, 2006), donde hacía el retrato de este personaje a través de un centenar de entrevistas con diferentes personalidades del periodismo y la política.

Más minucioso en el análisis político es Gregorio Morán en Adolfo Suárez. Ambición y destino (Debate, 2009). Con este libro, el veterano periodista completaba la tarea que empezó en 1979 cuando publicó Adolfo Suárez. Historia de una ambición (Planeta), primer libro de su carrera.

Juan Francisco Fuentes, por su parte, reconoce en la figura del ex presidente a la pieza esencial en la lucha contra el franquismo, un tipo de gran instinto político, al que retrata, sin embargo, como un hombre de pocos recursos ideológicos. Lo hace en el libro Adolfo Suárez. La historia que no se contó (Planeta, 2011).

Muy periodísticos son trabajos como el que editó El País, Adolfo Suárez. Entrevistas, o como Adolfo Suárez. La apuesta del Rey (1976-1981) (El Mundo, 2002), de Victoria Prego. En el 25 aniversario de las primeras elecciones libres de 1977, el periódico El Mundo editó cuatro volúmenes dedicados a los hasta entonces cuatro presidentes de Gobierno de la democracia. Este de Adolfo Suárez era el primero, lo escribió Victoria Prego y en él se recordaba el momento en que fue nombrado por el Rey, las tensiones que vivió con los militares, la apuesta personal que significó para él legalizar el PCE o el momento del abandono. En el mismo tono está Adolfo Suárez (Ediciones B., 2004), de Charles T. Powell y Pere Bonnin Aguilo.

Suárez ha dado incluso materia para que algunos escritores, como Federico Quevedo (en Pasión por la libertad: el pensamiento político de Adolfo Suarez, Altera, 2005), establezca la relación entre el legado político del ex presidente con las teorías de Hayek o Popper, entre otros. También ha valido para que algún investigador se alzara con algún premio, como el Espasa de Ensayo que conquistó Abel Hernández con Suárez y el Rey (2009), crónica de la relación personal entre ambos personajes.

Además, el ex presidente del Gobierno aparece en multitud de obras que se refieren a la Transición y a los primeros gobiernos de la democracia, como Carmen, Suárez y el Rey. El triángulo de la Transición (Planeta, 2014), una reedición del libro La historia de Carmen, donde la periodista Ana Romero reunía entrevistas con Carmen Díez de Rivera y fragmentos del diario de ésta, que fuera jefa de gabinete del presidente.

Es Suárez también uno de los personajes a los que se refería Fabian Estapé en De tots colors (Ediciones 62, 2001), donde también había espacio para Jordi Pujol, Fraga, Gil de Biedma, Samarach...

El propio Adolfo Suárez escribía el prólogo del libro Diagnóstico cáncer. Mi lucha por la vida (Galaxia Gutenberg, 2000), obra con las memorias de su hija Mariam y de la historia de su terrible enfermedad.

Además, Suárez ha sido recientemente personaje principal del telefilme Adolfo Suárez. El presidente, donde estaba interpretado por Ginés García Millán. En el teatro, ha sido Antonio Valero quien ha dado vida al político en Transición, un espectáculo con ocho actores, de Julio Salvatierra y Alfonso Plou. Se trata de un montaje coproducido por el Centro Dramático Nacional y las compañías L'Om-Imprebís, Teatro Meridional y Teatro del Temple.

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