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Buen ritmo en la Mercè

AIDA M. PEREDA

Aunque la lluvia ha sido la gran protagonista estos días en las fiestas de la Mercè, no ha conseguido ensombrecer los conciertos que el BAM (Barcelona Acció Musical) ha orquestado en una edición caracterizada por una gran miscelánea de estilos, en sintonía con la multiculturalidad de la ciudad condal.


Más de 70 conciertos gratuitos, 13 escenarios y 7 días sin descanso para exprimir al máximo las notas del entramado musical actual, con voces referentes de Catalunya, pero también con propuestas arriesgadas y de talla internacional.


Al frente de la representación del país: Love of Lesbian, The New Raemon, Versatile, Le Petit Ramon, Facto Delafé y las Flores Azules, Antònia Font, Mishima, Gerard Quintana, ex miembro de Sopa de Cabra, y un incombustible Jaume Sisa que impactó con su “noche galáctica” en una actuación espacial y multitudinaria de tintes surrealistas en la plaza de Catalunya.


El músico del Poble Sec hizo un repaso por toda su carrera junto a grandes amigos, como Joan Manuel Serrat, Quimi Portet o Roger Mas. Las canciones de su último trabajo, Ni cap ni peus, sucedieron a las de su disco más celebrado, Qualsevol nit pot sortir el sol, animando al público a que la fiesta no cesara tras el espectáculo.


Panorámica internacional


El cantante de Primal Scream, Bobby Gillespie, encendió la mecha de miles de personas que se concentraron el sábado en la antigua fábrica Estrella Damm para rememorar los éxitos de Screamadelica más que los temas de su criticado Beautiful future.


Los canadienses Sam Roberts incluyeron Barcelona en su gira de presentación de su disco Love at the End of the World, y el dúo de folk francofinlandés The Do aterrizó en la plaza dels Àngels con un sonido dulce y apto para el baile.


En la plaza del Rei, American Music Club hizo gala de un directo muy  sólido, con la voz hipnótica de Mark Eitzel y sus composiciones de tono oscuro.


La irreverencia de Siniestro Total, la calidez de Russian Red, los indescriptibles Vetusta Morla, la fuerza punk de Nudozurdo y el glam electrónico de Krakovia completaron una programación  para todos los gustos, que no se olvidó de grupos ya consolidados pero tampoco de formaciones emergentes.

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