Público
Público

El último ‘butrón’ de la banda de 'Iñaki, el cojo'

La Guardia Civil detiene en Bilbao a un grupo de veteranos atracadores cuando estaban a punto de asaltar un banco

OSCAR LÓPEZ-FONSECA

Mientras sujetaba la correa del pequeño perro, José Ignacio no perdía detalle de todo lo que ocurría a su alrededor. Su acusada cojera daba a su caminar por las calles de Bilbao un aire cansino, de cierta despreocupación. Sin embargo, José Ignacio esperaba ansioso que pasasen los pocos minutos que faltaban para las ocho de la mañana. Él y sus tres compinches, que escondidos en un local próximo habían practicado un butrón (un agujero) en la pared para acceder a una sucursal de la capital vizcaina. Sólo les quedaba esperar que llegase el primer empleado del banco y que desactivase las alarmas para poder entrar por el orificio y llevarse el dinero. Sin embargo, en esta ocasión la Guardia Civil llegó antes y los detuvo a todos.

Agentes de la Sección de Delincuencia Organizada de la Unidad Central Operativa (UCO) detuvieron el pasado 16 de junio a los cuatro integrantes de la banda de José Ignacio Q.M., alias Iñaki, un atracador de 48 años de edad con numerosos antecedentes por robos y al que se considera máximo responsable del grupo integrado por J.I.T., de 59 años, J.F.M., de 49 años; y el colombiano, D.O.C.C., de 29 año. A todos ellos se les acusa de haber cometido en los últimos doce meses cuatro asaltos consumados a entidades bancarias por el sistema del butrón y otros seis intentos fallidos. El último, el que pretendían perpetrar el día de su captura en una entidad bancaria de la capital Vizcaína. Además, los agentes detuvieron ese mismo día a un quinto integrante de la banda, M.F.A., español de 55 años, que había abandonado el grupo recientemente por desavenencias con Iñaki el Cojo y que fue arrestado cuando iba a asaltar pistola en mano y él solo una sucursal en San Miguel de Meruelo (Cantabria).

La operación, bautizada como Astilla, se inició el pasado 22 de febrero, cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento de que un grupo de delincuentes había asaltado una entidad bancaria en la localidad de Astillero (Cantabria) y se había hecho con un botín de 173.130 euros. Para cometer el atraco, los delincuentes habían esperado en un local contiguo la llegada del primer empleado, para que desconectara los sistemas de alarma. En ese momento, y a través de un butrón practicado en la pared colindante del local, habían accedido al interior de la misma y obligado a punta de pistola al trabajador a abrir la caja de seguridad para sustraer el dinero.

Tras analizar el modus operandi y contrastarlo con otros asaltos similares cometidos en los últimos meses, los guardias civiles llegaron a la conclusión de que había una banda de atracadores que operaba casi exclusivamente en la cornisa cantábrica y a los que se les adjudicaban otros tres asaltos de similares características en Berriz, Baracaldo y Bilbao, todas ellas localidad vizcaínas. La profesionalidad de los golpes llevó a los investigadores a analizar con detenimiento la posible presencia en la zona de delincuentes que tuvieran antecedentes por hechos similares hasta que localizaron a los integrantes de la banda, todos ellos, salvo uno, ‘históricos' ladrones con numerosos antecedentes por delitos similares, aunque en los últimos quince años no les constase a ninguno de ellos detenciones.

Los seguimientos a los mismos permitieron a los agentes observan las numerosas precauciones que tomaban para preparar su golpes y cómo, a la más mínima sospecha de que podían ser detectados, frustraban el atraco. Así ocurrió el 27 de abril en Logroño, el 6 de mayo en Santander, seis días después en Baracaldo, el 24 del mismo mes en Zamudio y el 2 de junio en Leioa. 'Si veían algo raro, abortaban el golpe y se iban a otro lado', señala a Público.es uno de los agentes que participó en la operación y que recuerda cómo en uno de los asaltos, en el que iban a acceder al banco a través del cuarto de contadores de un portal contiguo al mismo, huyeron cuando un vecino dio la luz de la escalera.

En el momento de su captura, la Guardia Civil les intervino una pistola a cada uno

Finalmente, el pasado 16 de junio, los cuatro atracadores se decidieron a asaltar una entidad bancaria de Bilbao. Sobre las seis y media de esa mañana se reunieron en un bar del Casco Viejo de la capital vizcaína propiedad de Iñaki el Cojo, donde ultimaron los detalles del golpe. Luego, en dos coches se desplazaron al lugar y repartieron las funciones. El jefe, con su perro, se quedaba fuera para detectar la posible presencia de la policía. Los otros tres entraron en el local, en el que la tarde anterior ya habían practicado el agujero, y esperaron la llegada de los empleados del banco. En ese momento, fueron detenidos.

En el momento de su captura, la Guardia Civil les intervino una pistola a cada uno, vehículos de alta gama, pasamontañas, guantes, bridas de plástico para maniatar a las víctimas, transmisores y las típicas herramientas para practicar los butrones: bombas hidráulicas para reventar las paredes y mazas. Los investigadores estudian ahora otros atracos cometidos por el mismo sistema en España en los últimos años por si los ahora detenidos hubieran sido sus autores. 'Llevaban quince años sin detenciones y, a pesar de no tener trabajo, vivían a cuerpo de rey. No descartamos que en todos estos años hubieran estado cometiendo butrones que todavía están sin esclarecer', reconoce un mando de la Guardia Civil.

 

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias