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Camps echa un nuevo pulso a Rajoy activando su maquinaria electoral

Nombra a los responsables de su campaña. Algunas voces del PP hablan de golpe de Estado

MARÍA JESÚS GÜEMES

El president de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, dio ayer su particular golpe de Estado. El dirigente conservador convirtió lo que era un acto de partido para realizar balance del curso político en una Junta Directiva Regional.

Y aprovechó la ocasión para nombrar comité electoral, comité de campaña y, de paso, la directora que se ocupará de ella.

Será Paula Sánchez de León, la portavoz del Consell que ha tenido que dar la cara por él desde hace varios meses a cuenta de su implicación en el caso Gürtel. El portavoz en Les Corts, Rafael Blasco, será el encargado de redactar el programa electoral.

Ayer, algunos dirigentes conservadores no salían de su asombro. Camps no está nombrado candidato de forma oficial y ya ha puesto en marcha toda la maquinaria. Hubo quien lo calificó de 'bonapartismo puro y duro'. Lo cierto es que los asistentes a la reunión se quedaron totalmente sorprendidos por el golpe de efecto.

'Nací valenciano y moriré al servicio de los valencianos', proclamó

La mayoría lo interpretó como un pulso en toda regla. Sobre todo, porque el martes pasado escucharon a la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, afirmar que la aprobación de las listas electorales se postergaba hasta la vuelta del verano. La número dos del PP lo trasladó así en rueda de prensa tras el Comité Ejecutivo Nacional. En esta cita, Rajoy dijo a los suyos que había que esperar a ver cómo se resolvían los procesos judiciales antes de decidir los nombres de los cabezas de lista.

El líder de los conservadores estaba pensando en todos los focos de corrupción que tiene abiertos en la Comunitat. No sólo Camps está pendiente de la Justicia. También los presidentes de las Diputaciones de Alicante y Castellón, José Joaquín Ripoll y Carlos Fabra, respectivamente, tienen causas pendientes. La hija de este último, Andrea Fabra, entró precisamente ayer a formar parte del comité electoral. El que lo dirigirá será Pedro Agramunt, como en otras ocasiones, pero desde los últimos estatutos faltaba incluir un vocal. Le ha correspondido a Castellón. Lo que para algunos es la prueba de que Camps y Fabra están haciendo pinza.

Camps se mostró 'muy fuerte', según los presentes. 'Nací valenciano y moriré al servicio de los valencianos', llegó a entonar con su estilo grandilocuente. Y dio por comenzada la campaña desde ese mismo instante. En sus filas ya no lo ven en horas bajas. Ahora, dicen, se lo ve dispuesto a seguir y ganar las elecciones.

La dirección nacional justifica su actitud porque es el president

En la sede nacional estaban seguros de que iba a ocurrir algo. Y ayer trataban de quitar hierro a todo lo sucedido. Explicaban que él como presidente de la Comunitat, no necesita que le nombren realmente porque se espera su continuidad. 'No hay ningún problema: los puede nombrar cuando quiera para empezar a trabajar ya', decían conscientes del lío que se iba a armar y de que hoy el acto que comparten Cospedal y Rajoy en Toledo iba a quedar eclipsado por completo.

En el PP, más de uno se quedó boquiabierto con el desafío. Y se preguntaba si la dirección pensaba actuar porque era 'intolerable'. 'Si echaron al secretario general, Ricardo Costa, por atrincherarse en sus cargos, ¿qué van a hacer con Camps , que ha arrancado ya la campaña sin el visto bueno del jefe?', se preguntaba un diputado.

En el PP valenciano recordaban que se querían ir de vacaciones con Camps proclamado. Llevaban tiempo reclamando a Rajoy una visita y, con ella, el espaldarazo definitivo. Pero el jefe de la oposición se resiste a acudir. Pero con su ayuda o sin ella, el barón se aferra al cargo.

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