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CiU y ERC cargan contra Montilla por "partidista"

Le acusan de usar un discurso institucional para pedir 'afecto' entre Catalunya y España

DANI CORDERO

Todo estaba preparado para que la Diada transcurriera de la forma más tranquila, sin incidentes. La Generalitat planteó un acto central institucional, como en años anteriores, y descargó de tensión la ofrenda floral al monumento de Rafael de Casanova conseller primer cuando Barcelona sucumbió al asedio de las tropas de Felipe V en 1714, montando un cordón de seguridad de tales dimensiones que dejó sin voz a los que año tras año acuden al lugar con el único fin de gritar e insultar a quienes consideran traidores de la causa catalanista. El PP, igualmente, no acudió este año a la cita.

Pero falló una previsión en el gabinete del president de la Generalitat: las consecuencias del último discurso institucional de José Montilla antes de las elecciones del 28-N, televisado en la víspera del Onze de Setembre y en el que reclamaba un esfuerzo para recomponer el afecto y los puentes entre Catalunya y España y dejar de lado las 'pulsiones separadoras'. ¿Puede el máximo representante de todos catalanes hacer un llamamiento de ese tipo, excluyendo a los valedores de la independencia?

Un alto cargo de la Generalitat quema un Decreto de Nueva Planta

No, pensaron al unísono CiU y ERC. Influyó, sin duda, el clima preelectoral que lleva semanas calando en el ambiente político catalán y también que el discurso de Montilla coincidía con el que en las últimas semanas está ofreciendo como cabeza de cartel socialista a las autonómicas. El mismo en el que propone el desarrollo del Estatut vigente como nexo de unión con el resto de España y alternativa a la autodeterminación.

'Fue un discurso más de partido que de país [de Catalunya]', aseguró el candidato y presidente de CiU, Artur Mas, que contó con el apoyo de su número dos en la federación, Josep Antoni Duran i Lleida. Mas aseguró que lo que es necesario ahora es 'hacer piña, tener fuerza, unir el país, y unirlo de cara a los grandes proyectos del futuro'.

Y en la misma línea se plantaron el resto de partidos con un ADN más soberanista: ERC y las palataformas que intentan entrar en el Parlament en la próxima legislatura: el Reagrupament de Joan Carretero y la Solidaritat per la Independència de Joan Laporta.

El Govern blinda la ofrenda a Rafael de Casanova de los insultos

'Es una visión demasiado partidista', repitió el presidente de Esquerra, Joan Puigcercós, quien quiso alertar a Montilla de que, según las encuestas, en estos momentos existe una voluntad 'mayoritaria' de la sociedad catalana por el derecho a decidir. 'El president se tendría que ajustar mucho más al sentimiento de la mayoría y al que nos une, que es el sentido de la convivencia, que el país es una nación y que el país quiere decidir'.

En todo caso, Montilla mantuvo por la tarde que la Diada nacional debe ser utilizada más como una oportunidad para la 'meditación colectiva' antes que para la 'exaltación'.

En el Fossar de les Moreres, enclave en el que se concentra el movimiento independentista, el delegado de la Generalitat en la Catalunya central, Jordi Fàbrega, quemó una copia del Decreto de Nueva Planta de Felipe V para simbolizar el rechazo al fallo sobre el Estatut y a la legislación española.

En el mismo lugar, unas cuarenta personas consiguieron celebrar un acto de apoyo a presos de ETA, saltándose la prohibición expresa de la Audiencia Nacional. Justamente, en una entrevista radiofónica, el vicepresidente de la Generalitat, Josep-Lluís Carod-Rovira, se preguntó por qué Arnaldo Otegi está en prisión cuando es 'la persona que podría servir como elemento de reflexión y de acción política para llevar a la izquierda abertzale hacia formas de expresión exclusivamente políticas'.

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