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Clamor en el País Valencià por la escuela pública

180.000 personas se manifiestan contra los recortes en educación

SERTGI TARÍN

'14 años en barracones. 32 años en un aulario prefabricado. 9 años esperando la construcción de un centro. ¡Y ahora ni un euro!'. Esta pancarta representa el crudo escenario de la educación pública valenciana. Pertenece al Instituto de Secundaria de Camp de Túria, que acoge 800 alumnos de seis pueblos de la provincia de Valencia. Fernando, el profesor de Inglés, sujeta el cartelón con gesto grave: 'nos quedan 700 euros en el banco, debemos la calefacción y ya nos la cortaron hace unos días'.

Su testimonio se repite por la larga cola de las manifestaciones que ayer recorrieron el centro de Valencia y Alicante en contra de los recortes en Educación. Las cifras de los organizadores, la Plataforma en Defensa de l'Ensenyament Públic, otorgan un elevada magnitud al enfado: 120.000 en Valencia y 60.000 en Alicante. 'Estamos hartos, los recortes son brutales', señaló María José Navarro, portavoz de la plataforma, desde la cabecera de la marcha. Cortes de luz y agua, niños con mantas en las aulas porque no se paga la climatización, cierre de comedores... La lista de agravios a la escuela pública es casi tan extensa como la de los acreedores que hacen cola a la puerta de la Generalitat. Sólo los impagos al sistema educativo alcanzan los 60 millones.

'Menos corrupción y más educación', fue uno de los lemas más coreados

'Es una situación de colapso. Cerca de 500 centros concertados están al borde del cierre porque el Consell no abona sus deudas', se lamenta Miguel Ángel Vera, portavoz de CCOO. Mientras, el Ejecutivo de Alberto Fabra, continúa mostrando la punta de la tijera. Este verano, ya se produjo un primer recorte de 151,1 millones a la enseñanza pública. La semana pasada, se dio un nuevo tajo de 80 millones al complemento de los sexenios y de 25 millones a la plantilla de interinos. Además, Fabra decretó que los interinos que superen los 15 días de baja percibirán sólo el 75% de su salario.

'Menos corrupción y más educación'. Este fue uno de los lemas más coreados en una manifestación que se desarrolló sin incidentes y en un tono festivo. Muchas pancartas se refirieron a los casos de corrupción que han dejado la política valenciana a la altura de las alcantarillas. Gürtel, Brugal, Caso Fabra, Emarsa, Urdangarín... eran algunas de las palabras más pronunciadas como en una especie de oración de la podredumbre. 'Cambio bolso de Vuitton por un ordenador y proyector de 3º de la ESO', rezaba un cartel en alusión a los bolsos de lujo que, presuntamente, recibió la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, de la trama Gürtel.

'Nos quedan 700 euros en el banco', dice el responsable de un colegio

Algunos asistentes añadían el matiz del despilfarro de los grandes eventos: 'Para ruina, pulse F1'. Y junto a este emblema, otro de marcado carácter patriótico: 'Chorizos valencianos, los mejores'. Por último, estaban quienes, pese a tanto hachazo, se inclinaban por una ardorosa reivindicación del acero: 'Señor Fabra, ¿para cuándo quiere dar a conocer los recortes de los funcionarios de Cristo? Cardenales, obispos, curas, monjas... ¡Los estamos esperando!'.

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