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Un colectivo abocado al comercio ilegal

BRAIS BENÍTEZ

La población subsahariana en Catalunya es el colectivo más afectado por la falta de empleo y la irregularidad. Muchos de ellos se ven abocados al comercio ilegal, la venta de drogas e incluso la prostitución. Así como otros extranjeros tienen unos lazos comunitarios fuertes que sirven de apoyo a los recién llegados, no es el caso de los inmigrantes subsaharianos, que se encuentran al llegar a Catalunya con una sociedad ajena a ellos, en la cual, según el secretario de la Associació Catalana de Residents Senegalesos, Omar Diatta, 'su falta de estabilidad económica les complica la integración'.

De los 56.000 subsaharianos que viven en esta comunidad, más de 20.000 provienen de Senegal. Los senegaleses se encuentran con tres tipos de situaciones: los que llegan por reagrupamiento familiar, que se integran con facilidad; los que lo hacen con un visado de trabajo, y los que vienen en patera o con visado de turista. Para estos últimos, la estancia en Catalunya se convierte en una cuestión de supervivencia. Por eso, la solución que encuentran es el comercio ilegal. El negocio del top manta se nutre de las urgencias de los subsaharianos. 'Es una situación muy difícil, porque vives siempre con el miedo de que la policía te pille', explica Amath Diop, que cada día se enfrenta a la venta ambulante. Además, la crisis inmobiliaria ha golpeado también a este colectivo, que tenía en el ladrillo una vía de empleo.

Diatta denuncia que 'los que llegan ilegalmente no están considerados como personas. Están totalmente abandonados. Su preocupación es encontrar trabajo, dónde dormir, dónde comer, no tienen tiempo de aprender el idioma Lo fundamental para ellos es atender las necesidades básicas. Y, si no las tienen cubiertas, viven con miedo y no pueden integrarse'.

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