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Colonias aisladas en sus propios negocios

BRAIS BENÍTEZ

Las comunidades asiáticas afincadas en Catalunya tienen unos lazos comunitarios muy potentes que facilitan, por un lado, la llegada de estos inmigrantes y, por otro, que encuentren sin dificultad un empleo en los comercios de sus paisanos. Es el caso de la población paquistaní y china. Entre las dos nacionalidades, suman el 70% de los asiáticos en Catalunya, si bien la colonia paquistaní está especialmente presente en esta autonomía: el 62% de los paquistaníes residentes en España se encuentra en tierras catalanas.

'El 99,9% de los que vienen son de clase media y no tienen ningún tipo de formación laboral', sostiene el representante de la Asociación de Trabajadores Paquistaníes de Catalunya, Javed Ilyas. Por eso, la mayoría abre un pequeño negocio, trabaja en restaurantes, vendiendo flores o latas de refrescos y cervezas. La mitad trabaja en alguno de los 4.000 comercios paquistaníes que hay en Catalunya. Como Faisar Alí, dependiente en un pequeño supermercado de la plaza Regomir, en Barcelona, 'la única opción laboral' que ha encontrado, según cuenta. Además, la venta ambulante de latas está directamente relacionada con dichos comercios.

La gran mayoría proviene de las tres ciudades principales de la región de Punjab. 'El 85% de los que llegan tiene algún conocido o familiar aquí', explica Ilyas.

Este concepto de comunidad cerrada en sí misma y que por tanto dificulta en exceso la integración, es aplicable también a la población china, el colectivo asiático más abundante en Catalu-nya con más de 45.000 personas. La gran mayoría proviene de Qingtian (el 70% de los que viven en Barcelona), y muchos se emplean en alguno de los abundantes restaurantes y comercios chinos que hay en las ciudades.

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