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El Congreso avala el techo de gasto y el rescate bancario

El Gobierno combinó apoyos a varias bandas, incluidos PP y CiU

GONZALO LÓPEZ ALBA

El Pleno escoba celebrado ayer por el Congreso de los Diputados fue una exhibición de la geometría variable de la que se ven obligados a hacer virtud los socialistas. El Gobierno logró levantar el veto del Senado al techo de gasto presupuestario, gracias a la abstención de CiU; la convalidación del decreto ley para el rescate de la banca, merced al apoyo del PP; y la tramitación del proyecto de ley de financiación de RTVE, con la colaboración de CiU. Las tres votaciones confirmaron la condición de socios estables de Coalición Canaria y UPN. No hubo, sin embargo, indicio alguno de que el ofrecimiento de colaboración hecho por el PNV en Euskadi tenga visos de trasladarse a Madrid.

Los tres asuntos objetos de debate tienen un fuerte contenido económico y la geometría variable se escoró hacia el centro-derecha, lo que llevó al lamento al portavoz de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares: 'Hoy no es un buen día para la izquierda'. Pero sí lo fue para el Gobierno.

La primera piedra para los Presupuestos de 2010 se colocó según el guión previsto. A los socialistas les bastó la abstención de CiU y el apoyo de los nacionalistas canarios y UPN para salvar el veto del Senado al techo de gasto 183.000 millones, que contó con el aval del PP y el PNV y la abstención del Grupo Mixto.

El rechazo del Senado sirvió únicamente para dar altavoz al discurso catastrofista del portavoz del PP, el ex ministro de Hacienda Cristóbal Montoro, que acusó a Zapatero de llevar a España 'a la ruina', previo 'saqueo' del bolsillo de todos los españoles. Montoro repitió su mantra agorero, con un ribete de mal fario: 'Sus Presupuestos nos llevan inexorablemente a los cinco millones de parados y a la ministra de Hacienda se le van a caer encima hasta los cuadros del Ministerio'.

Le respondió con tono y talante de profesor sabio Francisco Fernández Marugán: 'El señor Montoro ha convertido en el secreto mejor guardado la política presupuestaria de la derecha, que cacarea unas rebajas fiscales que están demodés en todo el mundo'. El negociador de los Presupuestos socialistas desde los tiempos de Felipe González arrancó el aplauso de su bancada al proclamar que el gasto social 'es una opción política'. Y, con la sencillez que le caracteriza, explicó lo ocurrido ayer para entendimiento de neófitos: 'Lo que hoy [ayer] aprobamos es la altura del edificio. En octubre discutiremos cómo se reparten las estancias'.

Por el estrecho corredor que deja el bipartidismo, se colaron los partidos de izquierda para insistir en la necesidad de una reforma fiscal, a la que CiU reiteró su oposición radical si afecta a las clases medias.

Las paradojas de la geometría variable hicieron que, acto seguido, fuera el apoyo del PP con el acompañamiento de CC y UPN el que permitiera al Gobierno salvar la siguiente votación: la convalidación del decreto ley sobre reestructuración bancaria y reforzamiento de los recursos propios de las entidades de crédito, por el que se otorgan 'manos libres' al Banco de España para prevenir quiebras y promover fusiones o segregaciones.

Fue el del PP un apoyo 'crítico y escéptico', en palabras de su portavoz, Álvaro Nadal, quien censuró al Ejecutivo el retraso en la iniciativa y que no reforme la Ley de Cajas de Ahorros. Nadal adelantó que la reestructuración afectará a 'una treintena' de entidades y avanzó su rechazo a la formación de 'campeones autonómicos'.

El autonómico fue el sesgo que cobró buena parte de este debate, ya que todos los nacionalistas expresaron su rechazo al 'inadmisible hurto de competencias de las comunidades autónomas'. IU reivindicó la banca pública.

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