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Las Cortes piden endurecer el etiquetado del alcohol

El Parlamento exige una leyenda en las botellas sobre el consumo abusivo

VANESSA PI

El etiquetado de las bebidas alcohólicas debería indicar que su venta está prohibida a los menores y alertar de los riesgos que conlleva beber sin mesura. Esta es la postura de los diputados y senadores de la Comisión Mixta para el Estudio del Problema de las Drogas, que pidieron ayer a las administraciones que pongan en marcha esta medida.

Lo hicieron mediante la aprobación por unanimidad de una proposición no de ley promovida por el PSOE por la que instan al Gobierno, a las autonomías y a los agentes implicados a que tomen medidas para prevenir y combatir el consumo abusivo de alcohol, sobre todo entre los más jóvenes. También piden alertar de la prohibición de su consumo en grupos de riesgo, como las embarazadas o los conductores.

La proposición no de ley del PSOE fue aprobada por unanimidad

Las nuevas reglas de etiquetado pondrían punto y final al vacío legal que existe al respecto. A diferencia del tabaco, en cuyas cajetillas ya se recalcan los males que provoca, en las etiquetas de las bebidas alcohólicas sólo figura la graduación. Sólo en algunos casos contados de bebidas espirituosas (licores y destilados) se recomienda un consumo responsable.

La proposición también insta al Gobierno y a las autonomías a endurecer la regulación sobre la publicidad de las bebidas alcohólicas para que incida en los riesgos de su consumo excesivo. En la actualidad, las empresas autoregulan su publicidad y piden un consumo responsable, ajustándose, eso sí, a la Ley General de Publicidad y la Ley Audiovisual, que entre otras cosas prohíben los anuncios de bebidas de más de 20 grados en televisión. No obstante, la publicidad no está obligada a detallar los problemas que puede acarrear el abuso de alcohol.

Mientras, las borracheras de fin de semana van en aumento, como puso de manifiesto la última Encuesta Estatal sobre Uso de Drogas entre Estudiantes (Estudes), de 2008. El estudio, bianual, señaló que el 24% de los jóvenes de entre 14 y 18 años decía emborracharse todos los fines de semana, un 6% más que en 2006. Los españoles empiezan a beber alcohol a los 13,3 años.

La iniciativa hace hincapié en endurecer la publicidad

Los parlamentarios también instan a promocionar programas preventivos, lanzar medidas de sensibilización y fomentar el cumplimiento de la normativa sobre el consumo de alcohol por menores en lugares de ocio. También dan seis meses al Gobierno para que fomente actuaciones conjuntas con los agentes implicados.

La Federación Española de Bebidas Espirituosas (Febe) aseguró ayer a través de su presidente, Bosco Torremocha, que introducir más información en el etiquetado 'no servirá de nada', ya que 'el 80% de la producción se consume en la hostelería y la etiqueta la maneja el profesional'. Añadió que la experiencia ha resultado fallida en otros países.

Además, añadir la edad legal de consumo a las etiquetas supondría tener que embotellar las bebidas según su destino, ya que en Asturias y Balears se autoriza su venta a mayores de 16 años, mientras que en el resto del Estado el límite está en los 18 años.

Torremocha defiende que la Febe es la principal interesada en combatir el abuso de alcohol y recuerda que para ello crearon en 1999 la Fundación Alcohol y Sociedad. Por último, critica que ni el Gobierno ni los parlamentarios hayan contado con su opinión y experiencia.

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