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Críticas a Mato por "rebajar" la violencia de género

La ministra se refiere a la 'violencia en el entorno familiar', en contra de lo establecido por la Ley en vigor. Expertos y asociaciones recuerdan a Ana Mato que el machismo es componente indisoluble del fenómeno

ANTONIO GONZÁLEZ

La máxima de Mariano Rajoy de llamar a las cosas por su nombre o, tal como dijo en la sesión de investidura, 'al pan, pan, y al vino, vino', no sirve para Ana Mato. Al referirse a la última víctima de la violencia de género, el término establecido por la Ley en vigor desde 2004, la nueva ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad prefirió el lunes por la noche esquivar esta fórmula y optó en un comunicado por achacar lo ocurrido a la 'violencia en el entorno familiar'. Tras la intensa polémica suscitada en las redes sociales por la calificación que la ministra hizo del presunto asesinato a tiros de una mujer de 33 años a manos de su pareja de 61 en Roquetas de Mar (Almería), Mato siguió ayer en sus trece y aseguró en el Congreso que 'da igual el nombre' del fenómeno. 'Al final dijo es un asesinato y nosotros queremos tolerancia cero contra todo tipo de actuación contra cualquier mujer, contra cualquier persona en el ámbito doméstico, en el ámbito de violencia de género o como se quiera llamar. Lo importante no es el nombre, lo importante es que todavía hoy hay muchas mujeres que mueren a manos de las personas que en teoría más deberían quererlas'.

Sin embargo, para las organizaciones y expertos en la lucha contra la violencia machista, así como para el PSOE e IU, los nombres no sólo importan, sino que emplear denominaciones inadecuadas que obvian el papel del machismo en los crímenes puede suponer retroceder en el combate de una lacra que este año ya ha provocado la muerte de 59 mujeres. Así, la exsecretaria de Estado de Igualdad Laura Seara aseguró que las palabras de Mato suponen 'rebajar' la política contra la violencia de género y 'tirar por tierra siete años de trabajo' que han convertido a España en un referente.

Una experta cree que las palabras de Mato son un guiño a los más reaccionarios

Seara está convencida de que el PP pretende modificar la Ley, que se aprobó por unanimidad en su momento, para 'desnaturalizarla'. Por su parte, la antecesora de Mato, la exministra Leire Pajín, recordó que existe consenso internacional sobre el término y añadió que 'es muy importante llamar a la violencia por su nombre', ya que las palabras 'no son neutras'. Pajín recordó que la violencia contra las mujeres no ocurre sólo 'dentro de las casas', sino que muchos casos ocurren fuera del ámbito doméstico y responden a una 'desigualdad profunda' entre hombres y mujeres. Desde IU, el diputado Gaspar Llamazares, que también piensa que el PP quiere cambiar la Ley, dijo a Europa Press que el PP está 'obsesionado' con separar violencia de género y machismo y recordó que el fenómeno está vinculado 'al poder y a la cultura machista'.

Miguel Lorente, que es todavía el delegado del Gobierno para la Violencia de Género, explicó ayer a este diario [que fue el primer periódico que se dotó de un código de autorregulación sobre esta materia] que es precisamente la referencia al género 'lo que diferencia a este fenómeno del resto de violencias interpersonales', ya que 'está en el origen de este tipo de violencia'. 'El concepto sí es importante porque los conceptos designan realidades, y si no llamamos a las cosas por su nombre el silencio actúa como cómplice', explicó Lorente.

En este contexto, el delegado cree que si no se habla claramente de violencia de género o machista 'se diluye en el contexto esa especificidad y al final la gente dejará de tener una conciencia crítica frente a las conductas de dominio y sometimiento de la mujer' que están en la base del problema. Por todo ello, y también por el hecho de que el PP apoyó la Ley actual, Lorente quería creer ayer que la ministra se había 'equivocado' y esperaba que corrigiera su 'error'.

PSOE e IU piensan que el Gobierno pretende modificar la Ley de 2004

En este mismo sentido, la directora de la Cátedra de Género de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Laura Nuño, recuerda a la ministra que violencia en el ámbito familiar y violencia de género no son la misma cosa. 'No sólo es una cuestión de palabras; un concepto se refiere a dónde se produce la violencia y puede referirse también a dos hermanos que se pegan o a un hijo que maltrata a su padre, mientras que el otro alude a la causa de esa violencia', que es el machismo. 'No es lo mismo, no se puede yuxtaponer', agrega Nuño, que cree que Mato ya 'apunta maneras' sobre la importancia que le da a las políticas de violencia de género.

Para esta experta, además, la ministra, como funcionaria pública del máximo nivel, debería ser la primera 'en utilizar la terminología de una Ley que ellos mismos [por el PP] han votado'. Para Nuño, la ministra no sólo 'desvía la atención' sobre el problema de fondo, sino que además satisface al 'sector más reaccionario' de la sociedad, que a su juicio recibirá esta interpretación 'con cierta simpatía'.

Nuño, que recordó también que violencia de género es un término consolidado a nivel internacional y también en las universidades, se mostró preocupada porque al final la lucha contra el problema tenga 'un menor peso en las políticas públicas'.

Desde este punto de vista, la presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, Yolanda Besteiro, cree que no es una mera cuestión de palabras, sino 'un debate de fondo en el que si erramos en el concepto podemos errar en el diagnóstico y en las medidas para erradicar la violencia'. La clave, a su juicio, está en 'conseguir una sociedad igualitaria y eliminar el afán de dominación de los hombres sobre las mujeres que está en la raíz del problema'.

Para Besteiro, de seguir adelante con esta nueva concepción del problema, España 'retrocederá bastantes años en la lucha por la igualdad y la erradicación de la violencia de género' cuando, con la Ley de 2004, España se convirtió en un 'referente mundial'. También criticó a Mato la Federación de Mujeres Separadas y Divorciadas, cuya presidenta, Ana María Pérez del Campo, considera que la ministra 'aparta el foco' del verdadero origen del problema y dificulta su erradicación, informa Servimedia. A su vez, Ángela Cerrillos, de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, opina que el lenguaje de Mato supone un 'retroceso'. A su juicio, hablar de violencia en el ámbito familiar para referirse al asesinato de una mujer a manos de una pareja es 'cuanto menos, desconcertante'.

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