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La derecha, presente

Sebastián Pérez, senador y presidente de la Diputación granadina

ALICIA GUTIÉRREZ

Resulta difícil fechar el momento exacto en que Sebastián Pérez, presidente de la Diputación de Granada, concejal en la capital, líder provincial del PP y aspirante a renovar su escaño en el Senado, adquirió renombre por su insumisión frente a la Ley de Memoria Histórica. Pérez ha saltado al pedestal de la fama política por su negativa a retirar el monolito en homenaje a José Antonio Primo de Rivera, erigido en 1972, cuando su padre era jerarca local del Movimiento. Alguien que entonces hubiera sido hibernado para volver ahora a la vida, se creería víctima de un déjà vu: en 1972 mandaba en Granada un Sebastián Pérez y aún hoy es ese el nombre del poder.

Así que el Pérez actual se ha propuesto salvar el monumento dedicado al fundador de Falange. El mismo que desde la plaza de Bibataubín exhibe un haz de brazos bajo lo que parecen las alas de un águila más fascista que perdicera. La derecha, presente. Otro déjà vu.

El dirigente conservador lleva dos años paseando un solo e invariable argumento: el monolito “es obra del mejor escultor granadino del siglo XX”, Francisco López Burgos, ya fallecido. Entre sus méritos, haber ganado el Nacional de Escultura en 1954.

Pero la verdad no parece jugar aquí en el campo de Pérez. En la Nochevieja de 2000, el diario Ideal lanzó la lista de los cien granadinos del siglo XX. López Burgos ni aparece. Ante la duda, Público pidió hace una semana a la Real Academia de Bellas Artes de Granada algún dato para situar al escultor en el mapa del arte de la pasada centuria. No hubo respuesta.

De momento, Sebastián Pérez lleva las de ganar. Fuera de los símbolos instalados en recintos de la Administración central, la ley no prevé ningún mecanismo de arbitraje para dirimir si una placa, escultura o guirnalda de yugo y flechas a punto de cruz posee valor.

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) aportó informes de un catedrático y un profesor titular de la Universidad de Granada: la pieza carece de relevancia artística, concluyeron ambos. Pero los dictámenes cayeron en saco roto con Pérez, quien en el prólogo de un libro atribuyó a Lorca dos de los más célebres versos de Juan Ramón: “No le toques más / que así es la rosa”. Total, entre poetas siempre hubo préstamos.

Pérez, quien proclama que lleva grabado a sangre y fuego que Lorca vive, le nombró hijo predilecto de la provincia a título póstumo el pasado 2 de noviembre. A tenor de las crónicas, no consta que el presidente de la Diputación evocara la amarga frase –y esta es auténtica– que el dramaturgo pronunció semanas antes de su asesinato: Granada, “donde se agita la peor burguesía de España”.

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