En marzo, Alfredo Pérez Rubalcaba ya explicó la receta que había aplicado para reducir la criminalidad en 2009: más policías igual a menos delitos. Ayer, durante la presentación del balance de la lucha contra el crimen organizado, el ministro del Interior afinó un poco más su fórmula: más policías y más especializados, mejores resultados contra los grupos mafiosos.

Policía Nacional, Guardia Civil, Ertzaintza, Mossos d'Esquadra y Policía Foral desarticularon durante el año pasado 561 bandas de crimen organizados, 354 de las cuales quedaron totalmente desmanteladas, según las estadísticas del Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado (CICO). Con ellas, cayeron 5.881 mafiosos. O lo que es lo mismo, 16 delincuentes al día.

En la presentación del balance, Rubalcaba insistió en que estos resultados son consecuencia de la política de su departamento, que ha 'priorizado' la lucha contra este tipo de criminalidad 'sofisticada, especializada e internacional' y que 'se ha fortalecido en los últimos años'.

Como ejemplo de esta apuesta, el ministro destacó que en sólo cinco años se había duplicado el número de agentes dedicados en exclusiva a combatir esta delincuencia. Así, de los 3.555 policías y guardias civiles que investigaban este tipo de criminalidad en 2004 se ha pasado ahora a 5.881 efectivos.

El ministro también resaltó la fuerte relación del crimen organizado que opera en España con el narcotráfico. Y lo hizo con un dato: de las 616 bandas investigadas durante el pasado año, 462 tenían algún tráfico con estupefacientes, principalmente cocaína y hachís.

No obstante, Rubalcaba recalcó que el tiempo de vida de estas bandas era reducido, ya que el 86% es desarticulada antes de cumplir tres años de funcionamiento. Una eficacia policial que también se traduce en el importe de los bienes que se les ha incautado y que es superior a los 270 millones de euros.

El ministro del Interior reconoció ayer que su departamento está 'estudiando la situación' creada por la protesta de ‘bolis caídos’ de los guardias civiles de la Agrupación de Tráfico y que, según asociaciones de agentes, ha provocado una caída de un 70% en el número de las sanciones impuestas. Rubalcaba aprovechó para advertir a los agentes que la secundan de que su 'obligación' y su 'trabajo' es cumplir y hacer cumplir la Ley y que, por tanto, su deber es imponer una multa si detectan cualquier infracción en las carreteras.