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El día en que la bandera de la paz corrió peligro

Los indignados temieron que la violencia de una minoría malograra un mes de trabajo cívico

JORDI MUMBRÚ

La hora y media que tardaron los políticos en entrar al Parlament se hizo eterna. Los diputados que querían acceder a pie estaban completamente indefensos y hasta que no llegaron al cordón policial tuvieron que aguantar varias agresiones: hubo insultos, empujones, lanzamiento de botellas de agua e incluso pintaron con spray a algún diputado. Los que usaron la violencia fueron una minoría, pero hicieron tambalear peligrosamente la bandera de la paz que los indignados han levantado y mantenido desde que nacieron como movimiento.

Mientras duró la tensión, muchos de los indignados intentaban frenar a los más violentos y hubo muchísimas discusiones entre ellos. 'Con la violencia no conseguiremos nada', le decía un joven a otro que acababa de lanzar una botella de agua vacía contra los agentes. 'Si ellos me pegan yo se la devuelvo', argumentaba el chico. A medida que avanzaba la mañana, la mayoría volvió a hacerse con el control de la situación y levantó de nuevo la bandera de la paz.

Llegaron a expulsar a media docena de jóvenes que, desde fuera del Parc de la Ciutadella, estaban lanzando botellas vacías y latas a los agentes que vigilaban desde dentro. Un joven robó una bolsa de los Mossos d'Esquadra que contenía la ropa que utilizan los agentes antidisturbios, pero un grupo de indignados la recuperó y la devolvió.

'Somos 3.000 y por cuatro que la lían nos acusarán a todos de violentos', le reprochaba Xavia Marc después de expulsar a empujones a uno de los más exaltados. Y continuaba: 'Llevamos un mes trabajando en esto y ahora no nos podemos equivocar. Estamos empezando. Lo bueno vendrá de aquí a unos meses', le decía. Marc asentía, pero reclamaba acción. 'Haremos mil acciones pero todas serán pacíficas', insistía Xavi. Otra pareja, Carlota y Joan, aseguraba que los más agresivos eran 'unos provocadores' y ponían en duda que pertenecieran al movimiento. Otro manifestante les recordó que, hace tres semanas, los Mossos d'Esquadra cargaron contra los indignados en la plaza de Catalunya y defendía que era 'comprensible' que algunas personas quisieran una revancha.

A media mañana, los indignados celebraron una asamblea en la que discutieron sobre lo ocurrido por la mañana. La asamblea decidió 'lamentar y condenar los minoritarios actos violentos' que se produjeron por la mañana y trasladarse a la plaza de Sant Jaume, para desmarcarse de la violencia.

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