Al hablar de trasplantes surge inmediatamente su nombre. El doctor Rafael Matesanz (Madrid, 1949), creador del sistema español de trasplantes y una de las figuras más respetadas del mundo en este campo, considera que España ha llegado a su techo en donación de órganos por la caída de la siniestralidad vial, y apuesta cada vez más por avanzar a partir de la investigación.

¿Cuáles son hoy los retosde la ONT?

El primero y principal sigue siendo atender a las necesidades de la población española y que cada cual tarde el menor tiempo posible en conseguir un órgano en las mejores condiciones. Esta es nuestra razón de ser. Pero a partir de aquí, la ONT tiene dos retos muy importantes que han aparecido en el último año. Se trata, por una parte, de su participación en la investigación, donde la ONT ya tiene competencias, y por otra parte, la traslación a los pacientes de los avances en terapia celular y la medicina regenerativa en general.

¿La investigación es entonces la asignatura pendiente?

España se ha caracterizado por tener mucha cantidad de donantes y de mucha calidad, pero necesita tener un papel también en la investigación.

La tasa de donación de órganos se ha estancado. ¿Habría que fomentar más la donación entre la población inmigrante?

Es que ya están donando y, en el caso de los latinoamericanos y los de Europa del este y del oeste, lo están haciendo al mismo nivel que los españoles. Tenemos algunos problemas con los que vienen de África, pero no es extraño porque en sus países esto no existe. El porcentaje de donantes inmigrantes está en un 9%, muy cerca del peso de la población inmigrante en España, que está en torno al 11%.

¿Cómo subir entonceslas tasas de donación?

En general es muy difícil, por no decir imposible, que suba la donación de órganos en España porque hemos asistido a un cambio total de la epidemiología en España. Estamos en 33-34 donantes por millón, y todos los años subimos, pero igual que la población. Con el mismo nivel de donantes procedentes de accidentes de tráfico que teníamos hace cuatro años, España estaría ya en 40 donantes por millón. Ahora tenemos menos siniestralidad vial que la mayoría de los países europeos, y eso, pese a ser tremendamente positivo, tiene sus repercusiones por el otro lado.

¿Pero podría extenderse la disponibilidad de órganos que hoy se rechazan?

Bueno, hay varias posibilidades para aprovechar más el número de órganos donados, como por ejemplo la máquina de perfusión ex vivo de los pulmones, que permite arreglar órganos que en principio no se podrían trasplantar; o la posibilidad de enviar corazones a largas distancias. El transporte de órganos es uno de los campos donde tenemos que mejorar mucho.

¿Se espera mucho de la donación en asistolia?

La dinámica de los donantes en parada cardiaca es muy complicada. Tenemos unos cuantos equipos que lo están haciendo, pero requiere una complejidad técnica tremenda. Es cierto que es una de las pocas vías de expansión que tenemos, junto con la donación de vivo y tratar mejor los órganos extraídos.

La donación en cadena es posible por el buen samaritano', esa persona anónima que dona un riñón a un desconocido. ¿Cómo son estas personas?

En general, la gente es muy generosa y expresa esa generosidad de muy diversas formas. Una de ellas puede ser donando un riñón, sobre todo tratándose de personas que ya han tenido alguna experiencia con un familiar que lo ha pasado mal con la diálisis. Hasta ahora no queríamos oír hablar del tema, porque hace 20 años el riesgo de donar un riñón era superior y pensábamos que podía encubrir alguna comercialización, pero una vez que se han tomado todas las precauciones, ya no hay ninguna razón para que, si existe en EEUU, exista también aquí. Hoy sabemos que si uno está muy sano, el riesgo de donar un riñónes prácticamente nulo.

Los trasplantes espectaculares, como los de cara, ¿sirven también para exportar el modelo español de trasplantes?

A veces, una imagen vale más que mil palabras. Hacer 4.000 trasplantes tiene mucho valor, pero también lo tiene que de los 13 trasplantes de cara del mundo, tres hayan sido en España, por encima de EEUU, que lleva dos. Eso no se ha dado en ningún otro campo de la sanidad ni de la ciencia.