La Ejecutiva Federal del PSOE ha decidido apurar los plazos para propiciar un pacto entre Tomás Gómez y Jaime Lissavetzky sobre la composición de la lista para la Alcaldía de Madrid que encabezará el todavía secretario de Estado para el Deporte. Ese tiempo concluirá en la primera semana de marzo, ya que a comienzos de la siguiente tendrá que pronunciarse la comisión de listas y el día 12 de ese mes las candidaturas se someterán a la aprobación definitiva del Comité Federal. Pero, si no hay acuerdo entre el secretario regional y el candidato municipal, intervendrá directamente en la configuración de la lista.

'A la Ejecutiva Federal le gustaría que se llegara a una propuesta de consenso para no tener que tomar decisiones', dijo a Público un portavoz autorizado, en lo que constituye una clara advertencia.

Iglesias, que actúa de mediador, da de plazo hasta primeros de marzo

El aviso es para los dos dirigentes, pero especialmente para Gómez, ya que como ha reivindicado Lissavetzky los estatutos dicen que la lista ha de hacerse 'de acuerdo con el candidato'. Además, los defensores de la postura del candidato a la Alcaldía recuerdan como 'un dato a tener en cuenta' que, en la ciudad de Madrid, Gómez perdió las primarias en las que se enfrentó a Trinidad Jiménez.

El secretario de Organización del PSOE, Marcelino Iglesias, viene desplegando desde hace tiempo esfuerzos de mediación, que el martes se tradujeron en sendas conversaciones por separado con Gómez y Lissavetzky. De momento, ambos mantienen las espadas en alto y se han saltado la petición de 'no hacer ruido', lo que hace temer que el acuerdo será muy difícil, si es que resulta posible. Pero Iglesias, que preside la Comisión Federal de Listas, seguirá intentando el consenso hasta el último momento. Su argumento de fondo es que con un enfrentamiento de esta naturaleza no se puede acudir a unas elecciones con expectativas de éxito y todos saldrán perjudicados.

Gómez insta a Lissavetzky a decir qué nombres de la lista no le gustan

Ayer mismo, ambos candidatos volvieron a dar muestras de su desencuentro por la elaboración de la lista para Madrid. Gómez insistió en que la relación de nombres fue aprobada el martes por el 'asentimiento' de la Ejecutiva Regional del PSM, si bien durante la reunión no se produjo ninguna votación por el rechazo de quienes respaldan que la lista debe tener el beneplácito de Lissavetzky.

Visiblemente molesto por la división que vuelve a aflorar en su partido, el líder del PSM emplazó a su candidato para la capital a 'dar nombres' si entiende que alguna de las personas de la lista 'no es el mejor o la mejor'. 'A quien no le guste esa candidatura, que lo diga. Que diga quién sobra', insistió en varias ocasiones.

Gómez insinuó que, con su actitud, Lissavetzky perjudica al PSM. 'Cuando la dirección federal le trajo a Madrid, lo hizo para ayudar a ganar las elecciones. No para crear divisiones internas y no para ser la oposición a la dirección del partido en Madrid', recalcó.

En medio de la polémica, Gómez y Lissavetzky coincidieron por la tarde en un acto de homenaje a Enrique Tierno Galván en Madrid en el que ambos intervinieron. Fue un encuentro aparentemente tenso, aunque los dos intentaron parecer unidos. Durante su intervención, el candidato a la Alcaldía se refirió a Gómez como 'mi' secretario general, haciendo hincapié en el pronombre posesivo.

Pero en declaraciones a la prensa, Lissavetzky mostró su malestar por las insinuaciones del líder del PSM sobre su candidatura para Madrid, puesto que considera que se lo ha 'ganado'. 'He venido a Madrid a tener buenos resultados, no tengo ningún interés orgánico', insistió.

Según explicó, su desacuerdo con la lista aprobada por el PSM no se debe a su intención de eliminar ningún nombre, sino de añadir otros. 'Es mi derecho y mi obligación', dijo. Y volvió a recurrir a un símil deportivo: 'He intentado buscar mi alineación'.