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Donostia - San Sebastián Alarma en la Parte Vieja de Donostia ante la sobreexplotación turística del barrio

Sus seis mil habitantes se ven desbordados por un crecimiento descontrolado de la actividad hostelera. Según datos del colectivo vecinal, “el 84% de la oferta de pisos turísticos es ilegal”. El ayuntamiento donostiarra asegura que próximamente declarará este barrio como “zona saturada”.

Fotografía de la Parte Vieja de Donostia. / DANILO ALBIN

Cada vez que baja a comprar el pan, el donostiarra Xabier Arberas enfrenta una duda existencial: no sabe por dónde ir. O mejor dicho, por qué calle podrá llegar hasta su objetivo. Mire donde mire habrá turistas. Muchos turistas. Tantos, que Arberas ni siquiera puede atravesar ciertas calles de la Parte Vieja de Donostia, un barrio desbordado por una industria turística que crece de manera totalmente descontrolada. Para quienes viven allí, el boom ya no es boom, sino una pesadilla en toda regla.

“El crecimiento es tan rápido y tan grande que nos va a ahogar”, comenta este vecino a Público en una calurosa mañana de agosto. Alcanza con levantar la vista para entender su preocupación: en pleno verano, circular por la Parte Vieja donostiarra se convierte en toda una aventura. Para avanzar, el transeúnte se verá obligado a sortear masas humanas que desbordan sus estrechas y antiguas calles, hoy transformadas en un hervidero de visitantes… y de establecimientos comerciales pensados para venderles todo aquello que quieran comprar: desde un pintxo de tortilla hasta una camiseta de “I love San Sebastián”.  

Según datos de la Asociación de Vecinos Parte Zaharrean Bizi (Vivir en la Parte Vieja), allí residen de manera fija unas 6.000 personas. Todas ellas conviven con una oferta turística gigantesca: en ese barrio se encuentran 62 de las 81 pensiones que existen en Donostia. De esta manera, el visitante podrá elegir entre 280 apartamentos turísticos, dos hoteles en marcha y otro en construcción, lo que suma una oferta de 1.600 camas. Las cifras también indican que hay un establecimiento hostelero cada 29 habitantes. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce: de acuerdo a un relevamiento efectuado por la organización vecinal, “al menos el 84% de la oferta de pisos turísticos en la Parte Vieja es ilegal”. 

Con estos datos a la vista, los vecinos temen que este barrio acabe convertido en un “parque temático” donde “no se podrá vivir”. En efecto, la sobreexplotación turística contrasta con otra realidad: la falta de equipamientos para quienes viven allí durante todo el año. El crecimiento de la Parte Vieja se ha enfocado exclusivamente en el turismo, lo que genera aún más enfado y preocupación entre sus vecinos.  

“En síntesis, tenemos un conjunto de problemas que la masificación turística pone en evidencia aún más”, explica Arberas, quien advierte que el asunto de fondo, el verdaderamente grave, es la “sobreexplotación mercantil” de esta zona de Donostia. Esa preocupación viene plasmada en el informe elaborado por Parte Zaharrean Bizi, que no oculta su temor ante lo que está por venir. “¿Cuánto tiempo podrá resistir el barrio un uso mercantil tan intensivo, sin poner en peligro su cohesión social, su identidad histórica y cultural, la salud y la calidad de vida de sus habitantes?”, se pregunta la asociación.  

“Zona saturada”

La realidad de la zona vieja de Donostia es parte del vertiginoso crecimiento turístico que ha experimentado esta ciudad. Según los últimos datos disponibles, durante 2016 hubo 1,26 millones de turistas que durmieron en alguno de sus establecimientos, lo que supuso un 8,6% más que en 2015. Si se toma como referencia los últimos tres años, el incremento alcanza el 22%.  

Ante esa situación, fuentes de la Concejalía de Turismo señalaron a Público que el ayuntamiento –gobernado por el PNV, en coalición con el PSE- “está preparando un dossier para declarar la Parte Vieja como zona saturada”. Esa declaración oficial implicará que la actividad comercial no podrá superar el 30% del espacio. “Una actividad comercial es un bar, pero también lo es un apartamento o una pensión”, apuntaron desde la corporación.  

Hace un par de semanas, el concejal de Turismo, Ernesto Gasco (PSE), aprovechó la presentación del Plan Director 2017-2021 para asegurar que se lanzaría un “plan de choque” para tratar de “evitar los efectos negativos de un desarrollo descontrolado”. En la Parte Vieja de la ciudad esperan sus promesas como agua de mayo. O de agosto.

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