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Ecologistas decepcionados, conductores felices

El fin del límite de 110 km/h en autovías y autopista vuelve a alimentar el debate de si la medida era pertinente.

AGENCIAS

Las asociaciones de conductores han expresado este viernes su respaldo a la decisión del Gobierno de no prorrogar el límite de 110 kilómetros por hora en las autopistas y autovías. El presidente de Automovilistas Europeos Asociados (AEA), Mario Arnaldo, cree que esta decisión terminará 'con una situación de estrés en la conducción a la que se había sometido a millones de conductores habituados a circular con seguridad a un límite de 120'.

'Esa situación de inadaptabilidad estaba provocando situaciones de monotonía en los conductores, al tener que invertir más tiempo en los trayectos a los que estaban acostumbrados', ha agregado.

Los presidentes de Lucha Motera y Mutua Motera, Juan José Boria y Juan Manuel Reyes, respectivamente, han asegurado que 'la medida no ha servido para nada y que no tenía sentido' ya que, según ha asegurado Reyes, 'el ahorro de combustible que presuponía el Gobierno no tenía ningún fundamento científico porque no había estudios que la respaldara'.

En el otro lado se sitúan las Asociaciones de víctimas de accidentes de tráfico y Ecologistas en Acción, que han criticado la vuelta atrás dada por el ejecutivo. 

Para Stop Accidentes la limitación era 'muy acertada' porque supone ahorro energético y contribuye a reducir la contaminación. 'Mala noticia', ha abundado la directora de la Asociación para la Prevención de Accidentes de Tráfico (PAT), Eugenia Doménech.

La Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes DIA defiende que 'menor velocidad es siempre sinónimo de menos accidentes', por lo que aboga por 'encontrar un equilibrio entre velocidad, fluidez del tráfico y mejora de la seguridad vial'.

Ecologistas en Acción cree que 'no hay el más mínimo motivo' para aparcar la limitación. 'Ha reducido la siniestralidad y ha disminuido el consumo de combustible -y con él la emisión de gases de efecto invernadero, de contaminantes atmosféricos y de ruido-, al tiempo que reduce el déficit de nuestra factura exterior', subrayan.

La responsable en Greenpeace España de la campaña de Transporte, Sara Pizzinato, piensa que 'este es un mal momento para revocar una decisión a la que la población ya se había acostumbrado, que consiguió, además, ahorrar en gasto público, privado y emisiones de gases contaminantes'. 

'España vuelve a convertirse en un país vulnerable al precio del petróleo, un mercado que ha demostrado ser extremadamente volátil y se sentirá cualquier otro repunte. Hay que establecer medidas estructurales a largo plazo', lamenta.

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