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Donde esté Billy Wilder que se quite Visconti

ANTONIO AVENDAÑO

Rubalcaba es con toda seguridad más del Madrid que Di Stéfano y puede que incluso más que la madre de cualquier jugador de la plantilla blanca que cobre por encima de dos millones de euros al año (impuestos en Andorra aparte). Él mismo se reconoce como un forofo del Madrid, 'un madridista exacerbado', dice un amigo, pero no hay manera de que admita sentir fobia por el Barça, lo cual, como bien saben varios millones de madridistas, es metafísicamente imposible. Insistamos en ello: IM-PO-SI-BLE. De hecho, cuando un madridista no le tiene fobia al Barça, o viceversa, sus colegas tienden a mirarlo con bastante desconfianza, como pensando para sus adentros: 'Este tipo dirá lo que quiera, pero o miente más que un culé o simplemente no es uno de los nuestros'.

En favor de Rubalcaba hay que decir que, siendo tan forofo del fútbol y tan forofo de la política, nunca ha cometido la estupidez de mezclarlos, tal vez porque, al contrario que ciertos presidentes merengues o culés, sabe que el fútbol es de mentira, mientras que la política es de verdad. En el fútbol sólo los más cerriles adversarios son capaces de llegar a las manos, mientras que en la política hasta la gente más pacífica acaba apuntándose a una buena guerra civil.

Comparte con Rajoy aficiones: el Real Madrid, la novela negra y los habanos

Puede que a ninguno de los dos les guste, pero Rubalcaba comparte unas cuantas aficiones con su adversario Mariano Rajoy. Ambos sienten debilidad por el club de Chamartín, ambos son fieles lectores de novela negra y ambos son fumadores de puros. Pero mientras Rajoy confiesa ser lector sobre todo de Marca, Rubalcaba devora todos los diarios. Tiene fama de leerse hasta los breves, que son unas piezas de unas pocas líneas a las que nadie hace mucho caso.

Al contrario que Alfonso Guerra, que la película que ha visto decenas de veces y además las tiene contadas es Muerte en Venecia, que es una cinta para intelectuales, la que más ha visto Rubalcaba es Primera plana, que es una película para gente normal donde se examinan con humor pero sin piedad las relaciones entre políticos y periodistas para, finalmente, acabar no sabiendo cuáles de ellos son más cínicos, corruptos o desalmados, pero al mismo tiempo más conmovedoramente humanos. Adora asimismo El hombre tranquilo, que es otra película también para gente normal, y la serie El ala oeste de la Casa Blanca, que es una serie para todo el mundo pero especialmente para políticos y periodistas: al final va a ser cierto lo de que Rubalcaba no descansa de ser Rubalcaba ni siquiera cuando está de descanso viendo películas en casa.

Su cinta favorita es 'Primera plana', que trata de periodistas y de políticos

Admira a Nelson Mandela y a Felipe González, aunque tal vez no en este orden; no es mal jugador de mus; trabaja 14 horas diarias; le gusta el pop reposado, en el cual está muy puesto; fue velocista, pero ahora sólo juega al pimpón; ama las grandes gestas deportivas; odia las fotos; le incomodan los mítines; nunca se ha descargado películas de internet y dice tener 'una máxima, que es no mentir'. Aunque si insiste en mantener que no le tiene fobia al Barça no habrá más remedio que someterlo a la prueba del polígrafo.

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