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Falta de espacios para la práctica del islam

El 95% de los magrebíes es marroquí y la colonia destaca la importancia de aprender el idioma para integrarse

BRAIS BENÍTEZ

Los inmigrantes del norte de África han llegado a Catalunya en las últimas décadas atraídos, sobre todo, por las ofertas de trabajo en el sector de la construcción, abundantes hasta la crisis del mercado inmobiliario. El colectivo magrebí en Catalunya cuenta con una población que supera las 240.000 personas. De estas, el 95% son inmigrantes marroquíes, a los que se les suma una pequeña colonia de argelinos y, en menor parte, tunecinos y mauritanos.

Una de las principales complicaciones para la integración de esta colonia ha sido la dificultad para practicar la religión musulmana, sobre todo en su vertiente comunitaria. La inexistencia de grandes mezquitas ha reducido el espacio destinado a la práctica religiosa a pequeños recintos, insuficientes para albergar a todos los que acuden a rezar.

M'hamed Abdelouahed (Abdel), representante del colectivo bereber en Catalu-nya, denuncia la falta de espacio para la práctica del islam: 'Que no haya ninguna mezquita en Catalunya, que quiere ser un modelo de integración, es ridículo y aberrante incluso', denuncia. La ausencia de mezquitas trae conflictos por la masificación de los espacios destinados al rezo musulmán.

Sin embargo, otras características de este colectivo favorecen su integración en la cultura catalana. Se calcula que dos terceras partes son bereberes (amazighs, en su lengua natal). Según Abdel, 'pasadas las dificultades iniciales, la integración del colectivo amazigh es más sencilla, pues asociamos nuestra problemática con la situación de Catalunya como una nación sin Estado'.

Este hecho, por ejemplo, 'favorece el aprendizaje de la lengua', un elemento clave para la integración. Abdel mismo es un buen ejemplo: en la actualidad, trabaja en la Generalitat como técnico de inmigración.

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