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Feijóo celebra su reelección en medio de una corrupción sin precedentes

ANA PARDO DE VERA

El PP de Galicia cerró el martes las fechas para su XV Congreso autonómico, en el que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, será reelegido presidente del partido en la Comunidad. Lo que pretendía ser un cónclave sin sobresaltos, unido y centrado en la gestión 'ejemplar' de quien, en estos momentos, ocupa el lugar de salida en la sucesión de Mariano Rajoy, se ha convertido en un acto a celebrar rápidamente y sin dejar rastro alguno de triunfalismo. Tanto que, según informan fuentes del partido, no está confirmada la asistencia del presidente del Gobierno al Congreso, que se celebrará en Lugo dos días después de la cita que tiene para declarar en esta misma ciudad el alcalde de Santiago de Compostela ante la jueza Pilar de Lara.

Ángel Currás -sucesor del también regidor imputado en 2012 por evasión fiscal Gerardo Conde Roa- está acusado en la operación Pokémon de tráfico de influencias cuando era conselleiro de Educación de Conde Roa. Se da la circunstancia de que la sucesora de Currás en ese puesto, Rebeca Domínguez, fue llamada a declarar el 20 de diciembre por el mismo caso y el hoy alcalde de Santiago -que se niega a dimitir- le aconsejó que dejara su cargo días antes. Las tensiones en el PP local -fuentes del PP gallego hablan de 'ruptura'- tienen desbordado a un alcalde que pretendía pasar desapercibido y que ni siquiera niega esas tiranteces al ser preguntado. En el seno del partido se culpa de esta confrontación, asimismo, a las aspiraciones y los apoyos de una parte importante del partido santiagués que tiene la concelleira y diputada autonómica Paula Prado para situarla en el puesto a Currás, aunque la edil ya había sonado como sustituta de Conde Roa.

Recién obtenida la segunda mayoría absoluta, con más escaños (+3) aunque con menos votos (-135.000), el PP gallego se había erigido en octubre de 2012 como la gran baza de la gestión del presidente del Gobierno, nacido, además, en Galicia. Sin embargo, en apenas tres meses desde que fue reelegido, Núñez Feijóo se ha visto rodeado por dos casos de corrupción que han oscurecido su victoria: el tráfico de influencias en Compostela -a pocos meses de cerrarse la marcha de Conde Roa por delito fiscal- y la imputación por prevaricación continuada cometida por José Luis Baltar, el histórico ex presidente de la Diputación de Ourense. En esta provincia, de donde es oriundo Feijóo, el PP obtuvo ocho escaños el pasado 21 de octubre, frente a los cuatro del PSdeG y los respectivos de BNG y Alternativa Galega de Esquerda (AGE), aunque esta amplia mayoría se ve ahora cuestionada por el aluvión de pruebas que demostrarían la acusación de cruce de favores e influencias de Baltar para mantener su poder y el de su hijo en la provincia.

El PP gobierna con amplia mayoría en la provincia donde 'reinó' Baltar

El clan Baltar ha hecho y deshecho a su antojo durante veinte años en Ourense, a tenor de la imputación judicial de José Luis Baltar, presidente de la Diputación provincial entre 1987 y 2012, senador entre 1993 y 2000 y presidente del PP de Ourense entre 1991 y 2009. Su hijo, José Manuel Baltar, ostenta desde el pasado año la presidencia de la institución municipal y del partido y ha instalado su nicho de poder en Ourense, en donde el PP gobierna la provincia con amplia mayoría, aunque haya perdido 21.000 votos: obtuvo un 49% de votos frente al 24% del PSdeG y ha sido el más votado en 84 de 92 municipios. Ahora, según la querella admitida a trámite por el juez ourensano Leonardo Álvarez, se sabe que Baltar habría contratado ilegalmente para la Diputación a más de un centenar de personas entre familiares y gente vinculada al PP en las semanas previas al congreso provincial del partido, celebrado en 2010. En este foro y tras una agria confrontación, Baltar-hijo se hizo con el liderazgo de los conservadores ourensanos y derrotó al candidato de Feijóo, el alcalde de Verín y actual senador Juan Manuel Jiménez Morán.

Las relaciones entre el clan ourensano y Feijóo nunca han sido buenas Las relaciones entre los Baltar y Feijóo nunca han sido buenas, aunque el autodenominado 'cacique bueno' y el presidente de la Xunta llegaron al entendimiento y a demostrarse públicamente apoyo mutuo desde que el líder de los conservadores gallegos aceptó que la parcela ourensana pertenecía a los Baltar. En esta estrategia, Feijóo encabezó la lista de Pontevedra el 21-O y no la de Ourense, su provincia natal, aunque situó en el número uno a su conselleiro de Educación, Xesús Vázquez. La oposición mantiene que el presidente gallego era 'perfecto conocedor' de lo que pasaba en Ourense, pero que lo aceptaba por el poder que, al final, se trasladaba a él.

La oposición mantiene que el presidente gallego conocía la trama corrupta 

En medio de estas oscuras turbulencias, el Congreso autonómico del PP se celebra, además, con la incógnita sobre si el vicepresidente gallego, Alfonso Rueda, continuará o cederá el testigo de la Secretaría General del partido. Aunque suenan varios nombres para sustituirle -incluida la citada Paula Prado-, Rueda podría continuar en el puesto en unos momentos tan complicados para el partido en Galicia, pues es el hombre de la máxima confianza de Feijóo y quien le ha demostrado mayor eficacia hasta ahora, aseguran en el entorno de ambos. Entonces, el vicepresidente ostentaría un poder inédito para un número dos en el Partido Popular gallego, cuyo lema en el XV Congreso será 'Sigamos avanzando'.

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