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Gabilondo pide al PP sentido de Estado para salvar el pacto

El ministro confía en que los intereses partidistas no se impongan en la negociación de la reforma educativa

DIEGO BARCALA

'Confiemos en el PP'. El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, apeló ayer al sentido de Estado de los conservadores para alcanzar aún un acuerdo que salve el pacto por la educación. A pesar de la intransigencia mostrada por la oposición, que condicionó el lunes la supervivencia del acuerdo a la imposición de todas sus peticiones, el Gobierno espera que la 'demanda social' de una alianza sobre esta materia empuje al final al PP a firmar un texto de consenso que apuntale la formación de las futuras generaciones.

'El pacto sigue siendo viable, no se ha levantado nadie de la mesa y estamos muy cerca en muchos aspectos. Otra cosa son los intereses de partido o la coyuntura política', advirtió Gabilondo a primera hora en una entrevista en TVE. Por la tarde, el ministro reiteró su 'confianza absoluta en que el PP estará a la altura'.

El Gobierno espera que la demanda social de una alianza haga cambiar al PP

No obstante, y sin renunciar a su talante negociador, Gabilondo mostró al PP sus cartas y recordó que está pendiente aclarar el papel de la educación concertada, cuya protección y potenciación es prioritaria para el PP, que busca que el Estado garantice un centro concertado a cualquier padre que lo solicite. 'No vale jugar a las comparaciones de la calidad de la educación [entre escuela pública y escuela concertada] si el 90% de los alumnos inmigrantes y el 70% de los discapacitados están en la escuela pública', dijo.

El ministro recordó que los socialistas entienden la educación como un bien público y la enseñanza concertada como una manera de garantizar la universalidad de ese servicio. 'Los colegios concertados, puesto que reciben financiación pública, también deben rendir cuentas', recordó.

Gabilondo opinó asimismo sobre el bilingüismo, otro de los caballos de batalla del PP. 'Estoy de acuerdo con el presidente de FERE [patronal de colegios religiosos], que señaló ayer [por el lunes] que las lenguas no son el problema de la educación', opinó. El titular de Educación lanzó este argumento consciente de que esa misma opinión fue esgrimida por el portavoz del PP en el Congreso, Juan Antonio Gómez Trinidad.

'Los colegios concertados también deben rendir cuentas'

Pese a que el bilingüismo en la enseñanza es un debate resuelto desde la aprobación de la Constitución en 1978, el PP sigue incluyéndolo como uno de los principales problemas de la falta de rendimiento escolar. Fuentes parlamentarias creen que Gabilondo mantiene vivo ese debate y no otros, como la reforma de Educación para la Ciudadanía, para tener un arma que arrojar a los conservadores en caso de ruptura de la negociación.

'Pido que nadie renuncie a sus convicciones, valores o ideas, lo cual no significa ser partidista', aclaró el ministro. Para resaltar su voluntad de acuerdo, recordó que el Gobierno no ha querido poner sobre la mesa de negociación la enseñanza religiosa. 'Hemos dicho que sea la futura ley de libertad religiosa, que se basará en los principios de la Constitución, la que lo resuelva', explicó, para evidenciar de nuevo que el PP en cambio no renuncia a insistir con el bilingüismo o el crecimiento de la enseñanza concertada.

Pese al cruce de acusaciones y suspicacias, los documentos que se negocian cada jueves por los equipos de ambas delegaciones desde que se inició la negociación tienen un amplio consenso. 'Estamos muy cerca en Formación Profesional, flexibilidad de la Educación Secundaria, universidad o incluso en el esfuerzo', aseguró Gabilondo.

La postura hermética a la negociación del PP fue reiterada ayer por la portavoz parlamentaria de los conservadores en el Congreso, Soraya Saez de Santamaría, que exigió al Gobierno que 'concrete'. El ministro recordó que sus propuestas 'no son un programa electoral ni [aspiran a establecer] un Gobierno de coalición', e ironizó sobre la 'concreción' del documento enviado por el PP.

El intercambio público de notas de prensa entre las partes negociadoras puede ser atribuido a la 'teatralización de las diferencias', según suaviza el propio Gabilondo. La próxima reunión de consejeros de Educación en la conferencia sectorial, que se celebrará la próxima semana, pondrá sobre el papel medidas más concretas.

El documento que salga de esa reunión servirá para comprobar si la dureza del PP es un mensaje a su electorado o bien se trata de una intención real de reventar un acuerdo para la educación de las futuras generaciones.

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